Nacionalistas, globalizadores y las decisiones de inversión
Nacionalistas, globalizadores y las decisiones de inversiónporLic. Guillermo Moreno* Lic. Norberto Itzcovich* Dr. Claudio Comari*
Frente a la flagrante guerra comercial Sino-Norteamericana en curso, se hace evidente el porqué de nuestra insistencia en la caracterización del escenario global y nacional, en el que los empresarios deben desempeñar sus negocios y tomar las decisiones.
Las tensiones económicas y militares que el mundo atraviesa no hacen más que corroborar los diagnósticos que hemos ido desgranando en esta columna, a la vez de denotar que, lejos de tratarse de una abstracción de escasa relevancia para el quehacer cotidiano, el Nuevo Orden Internacional (NOI) se materializa a ritmo de vértigo y de forma contundente.
De modo que, tal vez en mayor medida que nunca, es fundamental entender y
aprehender adecuadamente los sustratos de los cambios en marcha, así
como los escenarios posibles en el futuro inmediato.
Se trata, en los
días que corren, de eludir los riesgos de que las decisiones, tanto
individuales (a nivel de las empresas) como colectivas (en el plano de
la administración del país), sean las inapropiadas, así como gigantescas
las consecuentes pérdidas. Y, en cuanto al porvenir, de prever las
mejores estrategias para el aprovechamiento de este NOI, para que al
momento del oportuno reemplazo del ya agotado ciclo económico del que se
decía "mejor equipo", le suceda un exitoso Modelo de Desarrollo
Económico Permanente y Sustentable (MoDEPyS).
En una serie de
artículos que comienza con el presente, desarrollaremos, de manera
sucinta, un panorama del escenario político y económico, tanto a nivel
mundial, como regional y nacional.
Surgimiento, apogeo y ocaso de la globalización
Cuando
en el año 1944 el mundo se enfrentaba a las consecuencias políticas y
económicas de la II Guerra Mundial, comenzó la conferencia monetaria y
financiera de las Naciones Unidas en Bretton Woods, Estados Unidos. De
ella surgió un nuevo orden económico y comercial, así como los
organismos internacionales que fungirían como sus instituciones garantes
(FMI, BM y principalmente el GATT, que a posteriori se transformó en la
OMC), con el dólar estadounidense como divisa líder.
Luego de la
resolución de la "Guerra Fría" con un claro vencedor, el colapso del
bloque socialista y el proclamado "fin de la historia", el cumplimiento
de las recomendaciones del "Consenso de Washington" se convierte en el
paradigma que tipifica "el buen gobierno", y extiende su hegemonía a
prácticamente todo el orbe.
En este marco, los postulados del mundo
globalizado pasan a ser parte de los cimientos axiomáticos tanto de las
corrientes neoliberales como de las socialdemócratas. Es por ello por lo
que no resulta extraño que las expresiones políticas de ambas
corrientes, en nuestro país, se hayan pronunciado a favor de la
candidata Hillary Clinton, en las últimas elecciones norteamericanas.
A
lo largo del corriente siglo comenzaron a cobrar fuerza las ideas
enfrentadas al proceso globalizador, manifestándose en nuestra región
con el fracaso de la Cumbre de las Américas de 2005 y su corolario, la
administración del comercio exterior del anterior gobierno en nuestro
país, con el crecimiento de opciones nacionalistas en Europa y el
resurgimiento de Rusia de la mano de Putin, completando el proceso con
la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, que
replantean las condiciones preexistentes, así como el rol de los
organismos internacionales, especialmente de la OMC.
Como ilustramos
semanas atrás apelando a una imagen retórica del papa Francisco (cuya
consagración también es un hito del actual proceso), la figura
geométrica que representa la corriente globalizadora es una esfera,
donde los puntos que la conforman, todos equidistantes del centro, son
uniformes y no se distinguen entre sí, contrastando con la óptica del
nacionalismo, donde el mundo se simboliza en un poliedro irregular, en
el cual cada una de sus caras -los pueblos- desde sus propias
especificidades, integran un todo.
En la mencionada corriente
"globalizadora" (la esfera) se reconoce la convergencia de vertientes
diversas, como el neoliberalismo y socialdemocracia. Lo mismo sucede en
el campo de los "nacionalistas" (el poliedro), que integran tanto los
que proponen la construcción de muros, como los que, fieles a la
tradición de acogimiento de inmigrantes a la Argentina, nos sentimos
hermanados con los demás pueblos del mundo.
La cuestión energética y su influencia en el NOI
Los
países que liderarán el NOI tienen como principal condición de
posibilidad y permanencia, el aprovechamiento diferencial del acceso a
los insumos energéticos. Su abastecimiento y precio son las condiciones
esenciales.
En este entorno, la revolución energética de los Estados
Unidos, basada en la aptitud comercial que adquirieron los yacimientos
de shale gas y shale oil, le permitió obtener una reducción de los
costos primos de sus productos, ganancia de competitividad que a su vez
acelera el ritmo de crecimiento de su economía.
En el gráfico se
muestra el precio que pagan diferentes espacios económicos por el millón
de BTU. Allí se evidencian, además de las notorias diferencias de
costos, las diversas proporciones de reducción de los precios para cada
espacio, durante la última década.
Fuente: elaboración MM y Asociados en base a datos del Banco Mundial
En
el NOI, esa revolución energética cumple un rol central desde el vector
de la oferta, en tanto desde la demanda, la administración del comercio
exterior impacta en la penetración que terceros países efectuaban en el
mercado norteamericano.
Los aparatos productivos de la República
Popular China y de la Unión Europea, por el contrario, son tomadores de
los precios energéticos, que a nivel internacional (aún con las lógicas
negociaciones que posibilitan la escala y la permanencia de cada uno de
los contratos) son superiores a los del mercado estadounidense, y por
otra parte sufren las consecuencias de las barreras comerciales que se
les imponen a sus productos.
La Federación Rusa, cuya impronta está
dada por su capacidad militar y no por el quantum de su economía, es
justamente el principal proveedor de energía para Europa y China.
El
otro espacio regional que podría ser abundante oferente de energía a
costo razonable es Medio Oriente, si consiguiera ser un abastecedor
confiable de largo plazo. Pero está claro que, por lo ut supra señalado,
esa direccionalidad no es conveniente para quienes detentan, y
detentarán, los liderazgos mundiales.
En el NOI empiezan a quedar
claramente definidos los nuevos ganadores y perdedores, con la siguiente
singularidad: éste último grupo incluye a viejos ganadores.
Continuará