La relación del Gobierno y la Iglesia vuelve a crisparse
Tensión, diferencias y desconfianza: la relación del Gobierno y la Iglesia vuelve a crisparse
La reunión de los obispos con piqueteros, el informe sobre pobreza y las señales del Vaticano generan malestar en la Casa Rosada-Por Martín Dinatale mdinatale@infobae.com
El presidente Mauricio Macri junto a los obispos Oscar Ojea y Mario Poli (Foto: Presidencia de la Nación)
No será un final de año signado por un clima de plena cordialidad y armonía. Mucho menos por gestos de extrema cercanía. Cuando Mauricio Macri reciba el próximo jueves en la Casa Rosada a la cúpula de la Iglesia Católica para darles el tradicional saludo navideño se verá reflejado el espíritu zigazageante y por momentos crispado que protagonizaron obispos y Poder Ejecutivo en los últimos tiempos.
La reunión de la Conferencia Episcopal con Macri será un encuentro
meramente protocolar, en el que el Presidente no hará más esfuerzos que
expresar sus buenos deseos a los obispos liderados por monseñor Oscar
Ojea, y este le responderá en el mismo sentido. No más que eso. Es que
la sintonía de Macri con la Iglesia no pasa en estos días por su mejor
momento: diferencias, críticas, asperezas, desconfianza, gestos
suspicaces y cierto malestrar percibe el Gobierno de parte de la Iglesia
por varios hechos que se vieron en los últimos días.
Desde el debate
a mitad de año por la ley del aborto que habilitó Macri en el Congreso o
la misa de Luján con Hugo Moyano que no se veía este clima de tanta
desconfianza mutua.
"Hay buen diálogo pero con las diferencias
habituales", admitió ante Infobae un encumbrado ministro que siguió de
cerca los recientes mensajes eclesiátsicos al sintetizar el ánimo que
impera en el Gobierno más allá de que no se diga públicamente.
La
Comisión de Pastoral Social se reunió esta semana con movimientos
sociales (Foto: Oficina de Prensa, Conferencia Episcopal Argentina)
La
Comisión de Pastoral Social se reunió esta semana con movimientos
sociales (Foto: Oficina de Prensa, Conferencia Episcopal Argentina)
Quizás
el gesto que mayor malestar causó en la Casa Rosada de parte de los
obispos esta semana fue esa foto donde la Comisión de Pastoral Social
recibió a un nutrido grupo de líderes de movimientos sociales que le
llevaron un duro documento con severas críticas hacia la gestión de
Macri.
Si bien desde la Iglesia Ojea y el resto de los obispos se
encargaron de aclarar que el encuentro no se trató de un apoyo a ese
documento y que sólo recibieron a los piqueteros como un gesto de
"diálogo con todos los sectores de la sociedad", en el Gobierno quedó el
sabor amargo de un guiño complaciente de la Iglesia a ese sector de los
grupos sociales que plantean la necesidad de revisar todo el modelo
económico.
Según el borrador inicial del documento que luego se
suavizó y al que accedió Infobae, allí se planteaba desde "revertir el
actual tarifazo y segmentar el precio de los servicios públicos", hasta
objetar el esquema financiero esgrimido por la Casa Rosada, redefinir la
política social y cuestionar los niveles de desempleo y pobreza en la
Argentina.
Hugo Moyano saluda al arzobispo Agustín Radrizzani luego de la misa realizada en Luján
Hugo Moyano saluda al arzobispo Agustín Radrizzani luego de la misa realizada en Luján
Los
líderes piqueteros que se reunieron con la Pastoral Social para buscar
un respaldo en ese documento crítico son los mismos que estuvieron con
Moyano en la misa que oficio monseñor Agustín Radrizzani en Luján y que
tanto molestó a Macri.
Desde la Iglesia, un referente importante de
la Conferencia Episcopal intentó revertir esa idea al sostener ante
Infobae en forma tajante: "No hay doble intención ni estrategia. La
Pastoral Social dialoga con todos los sectores. Este encuentro se dio a
pedido de estos grupos para entregar este documento que han trabajado.
No hay más que eso", dijo.
¿Entenderán lo mismo los funcionarios de
Desarrollo Social o de la Jefatura de Gabinete que entrevieron en esa
jugada de la Iglesia una crítica innecesaria al Gobierno después de
tanto trabajo conjunto para ayudar a los sectores más vulnerables?
El índice de pobreza creciente
Más
picardía eclesiástica: el encuentro de la Pastoral Social con los
movimientos piqueteros críticos de Macri se dio el mismo día en que el
Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina
(UCA) anunciaba un incremento de cinco puntos de la pobreza que hoy
llega al 33,6% y constituye el valor más elevado de la última década.
No
sólo ello. Las cifras emitidas por esa entidad de la Iglesia arrojan
graves problemas de inseguridad alimentaria severa en el país y un
deterioro muy fuerte de la clase media, donde hay mucho electorado
desencantado del PRO. También alertan que los jubilados y los niños son
los que más fueron golpeados por la inflación de los últimos meses.
Si
bien el observatorio de la UCA ha sido crítico e independiente en todos
los momentos de la historia reciente argentina, a nadie se le escapa
que se trata de un órgano alineado al Papa Francisco. Agustín Salvia,
titular del Observatorio de la UCA, tuvo que aclarar al presentar el
informe una advertencia de forma: "Este documento no responde a un
partido político o un sector ideológico. Se trata de un trabajo
científico", expresó. En rigor, este informe se presenta cada año en
estas fechas, y se elabora con criterios estadísticos inobjetables. Pero
se sabe que la UCA tiene línea directa con las oficinas de Francisco en
el Vaticano y de allí las suspicacias leídas desde del Gobierno.
El
papa Francisco junto a un grupo de juristas que le presentaron un
informe sobre el “uso selectivo de la Justicia” para inhabilitar líderes
políticos en Sudamérica
El papa Francisco junto a un grupo de
juristas que le presentaron un informe sobre el “uso selectivo de la
Justicia” para inhabilitar líderes políticos en Sudamérica
Precisamente,
desde el Vaticano llegó en estos días otra señal de desaliento para
Macri. El abogado argentino Roberto Carlés, ex candidato kirchnerista a
la Corte Suprema de Justicia, llegó a Roma junto a un grupo de juristas
que lo acompañaba para presentarle al Papa un informe sobre el "uso
selectivo de la Justicia" para inhabilitar líderes políticos en América
del Sur.
Francisco no sólo recibió a este sector alineado con
Cristina Kirchner sino que, según una nota de la publicación Vatican
Insider, el Papa está preocupado por esta tendencia que afectaría el
Estado de derecho en América Latina y que algunos analistas
llaman"lawfare" o sea "guerras judiciales". Lo que en Argentina suele
calificarse como judicialización de la política.
Para ser claros: en
el Gobierno entrevieron en ello un nuevo gesto de apoyo del Papa a ex
presidentes como Cristina Kirchner, Lula Da Silva, Rafael Correa o Dilma
Rousseff, hoy acusados por diferentes casos de corrupción por la
Justicia de sus respectivos países.
Para agregar a este combo
vaticanista, Juan Grabois, el líder de la Confederación de Trabajadores
de la Economía Popular (CTEP) y dirigente social allegado a Francisco,
se mostró en estos días junto a Cristina Kirchner con un mensaje directo
hacia el Gobierno. "Voy a hacer lo que sea necesario para que Cristina
gane", dijo en modo advertencia.
En una suerte de respuesta elíptica a
este clima de crispación, el Gobierno anunció con entusiasmo este
viernes que se oficializará la próxima semana una resolución por la cual
"los establecimientos de gestión privada de propiedad o bajo la
dirección de la Iglesia Católica" o de otras religiones podrán "percibir
una contribución en concepto de sostenimiento de culto", para
reemplazar gradualmente el aporte del Estado que recibe la Iglesia.
Fuentes
eclesiásticas y de la Casa Rosada admitieron ante Infobae que si bien
esta decisión ya se había acordado la idea de esta quita gradual del
aporte estatal a la Iglesia, se iba a realizar en forma escalonada en
los próximos cinco años.
En la Secretaría de Culto que lidera Alfredo
Abriani aseguran que no hay ningún enfrentamiento con la Iglesia. "El
aporte estatal no se retira, lo va a ir resignando la Iglesia más
adelante. Lo que salió ahora es la habilitación para que la Iglesia
pueda cobrar un plus por el sostenimiento a través de las escuelas que
reciben un aporte estatal", intentó suavizar un allegado a Abriani.
Claro que las Secretarías de Culto están en todos los gobiernos para
amortiguar el impacto de las sacudones entre Iglesia y Gobierno.
Sin
embargo, a la vista de tantos cortocicuitos recientes, muchos se
preguntan por qué tanta premura del Gobierno en agilizar esta ruptura
económica histórica de Iglesia-Estado. En la última reunión de la
Conferencia Episcopal donde se anunció esa decisión de la Iglesia de
separarse del aporte estatal quedó en claro que se iba a implementar
recién hacia el 2020.
El próximo paso que dará la Casa Rosada será
acelerar la quita de los aportes que recibe la Iglesia del Estado -unos
$130 millones, según el presupuesto del 2019-, destinados a las
asignaciones de los obispados, de seminaristas y parroquias de frontera.
Desde
los movimientos sociales explican que la labor de algunos grupos
piqueteros con la Iglesia se profundizará en adelante. "Creemos que es
urgente la construcción de los consensos necesarios para el desarrollo
integral de nuestra Patria. Hay que cambiar este modelo económico que
aumenta la pobreza y la desocupación", dijo a Infobae Gildo Onorato,
secretario de políticas sociales del Movimiento Evita y dirigente de la
CTEP.
Desde este sector y de las agrupaciones como Barrios de Pie o
la CCC coinciden en que hay un trabajo coordinado con Cáritas Argentina
para el relevamiento de sectores desprotegidos en el conurbano. Esta
tarea se reforzará el año que viene en medio de la campaña electoral.
"La
Iglesia dialoga desde siempre con todos los sectores", se excusaron
cerca de monseñor Ojea. Desde la Casa Rosada un colaborador de la
ministra Carolina Stanley retruca: "Nada cambió. La Iglesia también nos
criticaban en el 2016 y 2017. Acuérdese de la Pastoral Social de Mar del
Plata con duros mensajes. Es parte del discurso de la Iglesia y sobre
todo de la Iglesia de Francisco que es una iglesia social".
Todo
indica que la relación entre Macri y la Iglesia continuará en un clima
de tensión, contrapuntos, conflictos y armonías inestables. Después de
todo, el Presidente nunca entrevió en la Iglesia a un aliado para su
proyecto político sino más bien un escollo.