Al límite, entre el default y el cepo
Esta medida, que llegó luego de que se reuniera con Sandleris y los
representantes del FMI, busca precisamente darle poder de fuego al Banco
Central y contener la sangría de dólares sin recurrir a un cepo, lo que
equivaldría a una claudicación de la esencia del programa económico de
Macri.
Con menos de 57.000 millones de dólares de Reservas
Internacionales, según los datos provisorios del Banco Central, de los
cuales menos de 15.000 millones son Reservas Netas y perdiendo de a
4.000 dólares por semana, las cuentas mostraban que era difícil seguir
interviniendo en el mercado cambiario para contener el tipo de cambio,
que dio un salto del 28,8% desde las PASO y a la vez cumplir con el
cronograma de vencimientos de deuda en moneda extranjera.
Si se
hubiese dejado de pagar la deuda por falta de dólares, Macri habría
terminado su mandato con un default. De haber insisto en el pago de los
vencimientos y limitando el poder de fuego del Banco Central para
contener la suba del dólar, corría el riesgo de un nuevo salto cambiario
que llevara a un nuevo salto de inflación que recordara al final del
gobierno de Alfonsín.
Las terceras opciones son malas palabras como
corralito o cepo, es decir, una limitación al sector privado para la
adquisición de dólares o bien a hacer contantes y sonantes los dólares
en sus cuentas bancarias. No en vano, los ahorristas sacaron 2.400
millones de dólares de sus cuentas en la primera semana tras los
comicios.
Por eso, Lacunza decidió un default selectivo solo con los
inversores institucionales y acotado a la deuda de corto plazo, porque
les pagará el 65% de los vencimientos con 6 meses de demora, para darles
prioridad a los ahorristas pequeños y a la estabilidad cambiaria.
"A
la mañana podemos anunciar una medida reactivante, pero, sin
estabilidad, a la tarde se licuó", reconoció el ministro en una suerte
de autocrítica por el paquete de medidas anunciado por Macri la semana
pasada con el dólar a $3 menos.
De acuerdo a datos de la consultora
EcoGo, con este default selectivo el Gobierno puede descomprimir su
programa financiero en unos 4.000 dólares. Es decir, Lacunza le otorgó a
Sandleris más poder de fuego para contener el dólar antes de fin de
año.
E hizo hincapié en dos cuestiones. Primero que el país no tiene
problemas de solvencia y que pagará "sin quita de capital ni de
intereses" el resto de sus obligaciones, pero pidiéndole a los
acreedores un mayor plazo para hacer frente a los vencimientos. Y, en
segundo lugar, en que el dólar está muy por encima de su precio de
equilibrio y Sandleris no debiera necesitar tantas divisas para evitar
un nuevo salto en el tipo de cambio.
Las lecturas pueden ser muy
divergentes y crece en el mercado la expectativa por la reacción de
mañana. Si se lo ve como un manotazo de ahogado, los ya deprimidos bonos
nacionales se desplomarán y se acelerará la pérdida de Reservas. Si se
lo ve como una respuesta pragmática para salvaguardar la continuidad
democrática con una cambio de mando el 10 de diciembre -al que Lacunza
denominó como "un mérito conjunto entre el presidente entrante y el
saliente que los ciudadanos agradeceremos"-, puede ser que baje el agua
que ya está al cuello. 'El personal entiende que las autoridades han
tomado estos pasos importantes para hacer frente a las necesidades de
liquidez y para salvaguardar las reservas', reconoció el FMI.
"Esto
es un default técnico para los tenedores que tienen que ir al canje
compulsivo. Los precios de los bonos ya tienen incorporado el escenario
de default. El tema es que el problema de liquidez actual puede seguir
deteriorando los fundamentos de deuda a PBI y desuperávit fiscal
necesario para estabilizarla al punto de convertirse en una especie de
profecía autocumplida que terminen desembocando en una crisis de
solvencia por culpa de la inestabilidad política", dijo Federico
Furiase, economista y director de Eco Go a LPO.
"No me queda claro
que con esto van a calmar la presión cambiaria. Se ahorran dólares del
lado del programa financiero pero a la fuerza de un canje compulsivo con
fondos institucionales que le genera un problema de liquidez si sigue
el rescate de minoristas. Y por otro lado, la incertidumbre estructural
sigue siendo la misma en términos de la transición, del desembolso del
Fondo y sobre cuál será el programa económico a partir de 2020. Y no hay
mucho que pueda hacerse desde Hacienda para despejar esta
incertidumbre", agregó.
De momento, los Fondos Comunes de Inversión
(FCI) de bancos ya están informando a sus clientes que no podrán retirar
sus cuotapartes porque quedaron alcanzadas por este default selectivo. Y
las calificadoras de deuda apuran reuniones para ver si cambian la
calificación de la Argentina. El otro punto a destacar es que el
"reperfilamiento voluntario" deberá sí o sí pasar por el Congreso. Y no
hay garantías de que llegue a tiempo la descompresión de los plazos para
que las Reservas alcancen a navegar la tormenta.
Es que, aunque el
Gobierno quiera adelantarlo, tiene las manos atadas para hacer una
propuesta sin quita ni de capital ni de intereses: la jurisprudencia
respecto del artículo 65 de la Ley de Administración Financiera le
prohíbe al Ejecutivo hacer una reestructuración de la deuda con esas
características. En diciembre del año pasado, como consignó LPO, el
secretario de Finanzas, Santiago Bausili, intentó que el Congreso
derogara ese artículo.
Y finalmente el punto álgido del anuncio es
que Lacunza hizo público que concuerda con Alberto Fernández en que,
gane quien gane, es necesario renegociar los plazos de pago con el FMI
para alejar el fantasma de default entre 2020 y 2023. En este sentido,
el FMI deberá decidir si le da en septiembre al país los 5.400 millones
de dólares tras la quinta revisión, tal y como dio por descontado este
miércoles el Secretario de Hacienda, Rodrigo Pena, o si lo suspende a
pesar del cumplimiento de las metas intermedias y avanza desde ahora con
Lacunza como intermediario en una nueva renegociación.
La respuesta
del FMI a estos anuncios fue escueta. Mientras Roberto Cardarelli
vuelve a Washington, el vocero del organismo, Gerry Rice, aseguró que
"Con respecto a la operación de la deuda anunciada hoy por las
autoridades argentinas, el personal del Fondo está en proceso de
analizarlas y evaluar su impacto. El personal entiende que las
autoridades han tomado estos pasos importantes para hacer frente a las
necesidades de liquidez y para salvaguardar las reservas".
"El
personal permanecerá en estrecho contacto con las autoridades en el
período adelante y el Fondo seguirá al lado de la Argentina en estos
momentos desafiantes", agregó.