Comisión Episcopal de Pastoral Social solicito declarar la emergencia alimentaria
SOLICITAMOS AL ESTADO NACIONAL DISPONGA LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA DECLARAR LA EMERGENCIA ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL. Al concluir la Semana Social el 30 de junio pasado en Mar del Plata, los obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social decíamos cuan conmovidos estábamos al advertir que el grado de desigualdad social en que estamos sumergidos es muy grande y peligrosísimo para nuestro país. En estos meses, adicionalmente, advertimos que, ante el severo aumento de la indigencia, la pobreza, la desocupación y el aumento indiscriminado del precio de los alimentos de la canasta básica, nos encontramos en una situación de emergencia alimentaria y nutricional, que afecta esencialmente a los más vulnerables, en especial a los pequeños.
Por ello, entendemos que es urgente implementar una Canasta Básica de
Primera Infancia con productos esenciales que puedan ser distribuidos
gratuitamente y/o a costo subsidiado para garantizar la seguridad
alimentaria y nutricional, la salud, y los cuidados de calidad de niñas y
niños, incluyendo medicamentos, vitaminas, leche líquida y en polvo
fortificada, y otros productos lácteos, carnes, pescados, frutas,
verduras, huevos, legumbres, otros nutrientes y pañales, entre otros
productos esenciales.
Del mismo modo, resulta urgente aumentar el
presupuesto destinado a los Comedores y a las Huertas Escolares,
Comunitarias y Familiares, y a emprendimientos de la Agricultura
Familiar y Social, garantizando la equidad y la calidad federal de los
servicios de asistencia alimentaria y nutricional.
Si bien el Estado
Nacional está asistiendo con mayor ayuda alimentaria, no sería
suficiente para paliar las deficiencias de este tiempo, por ello
solicitamos se dispongan las medidas necesarias para DECLARAR LA
EMERGENCIA ALIMENTARIA y nutricional en todo nuestro país de modo que se
puedan cumplir sin demoras metas como las propuestas. El Papa Francisco
nos recuerda que la fraternidad es el principal fundamento de la
solidaridad y que se necesitan también políticas eficaces que promuevan
ese principio de la fraternidad, asegurando a las personas –iguales en
su dignidad y en sus derechos fundamentales– el acceso a los bienes de
modo que todos tengan la oportunidad de desarrollarse plenamente como
personas. Así, del mismo modo, queremos alentar a nuestras comunidades y
Cáritas, a ese gran voluntariado, a ser “artesanos de fraternidad y
solidaridad”, bajo la protección de la Virgen de Luján, Madre de nuestro
pueblo, porque -como dice la canción Jesús Eucaristía- no es posible
morirse de hambre en la Patria bendita del pan!
Comisión Episcopal de Pastoral Social, 30 de agosto de 2019