Operación Nicky Caputo para quedarse con el puerto
Operación Nicky Caputo para quedarse con el puerto
Con la certeza de que no podrán retener el gobierno nacional, aceleran el proyecto de traspaso del Puerto de Buenos Aires a la Ciudad y la transferencia de terrenos bajo su jurisdicción. El amigo presidencial, pieza clave de la operación. Por Raúl Dellatorre
Nicky Caputo, el “amigo del alma” del presidente Mauricio Macri, contratista afortunado de la Ciudad y la Nación. Nicky Caputo, el “amigo del alma” del presidente Mauricio Macri, contratista afortunado de la Ciudad y la Nación. Imagen: Bernardino Avila. Los resultados de las elecciones primarias simultáneas (PASO) apuraron los tiempos.
Las autoridades nacionales y del Gobierno de la Ciudad están acelerando
los pasos para avanzar, antes del fin del mandato de Mauricio Macri, en
dos aspectos de primera relevancia para Cambiemos: la incorporación del
Gobierno de la CABA a la administración del Puerto de Buenos Aires (hoy
bajo control federal exclusivamente) y la transferencia de terrenos de
la zona denominada Puerto Sur (más de 110 hectáreas) al gobierno
nacional de la Ciudad con el fin de su explotación inmobiliaria. Una
cuestión que no es ajena a la ejecución de estos proyectos es la
controvertida licitación del Puerto de Buenos Aires. Ya está lanzada y
tiene fecha fijada para la apertura de sobres de propuestas el 2 de
diciembre, apenas una semana antes de la fecha prevista para la
conclusión del actual mandato. El nexo con el tema anterior es que el
pliego permite “liberar” del servicio portuario a los terrenos
apetecidos para el negocio inmobiliario. Todo indica que el candidato
más firme a la adjudicación de la terminal única que prestará los
servicios portuarios (actualmente son tres concesionarios), sería la
empresa PSA de Singapur, que cuenta como uno de sus principales
impulsores nada menos que a Nicolás (Nicky) Caputo . No casualmente, uno
de los mayores desarrolladores de proyectos inmobiliarios en la zona de
Puerto Madero y a quien se considera, además, el más activo armador del
proyecto de desarrollo inmobiliario (y su probable ejecutor) de Horacio
Rodríguez Larreta.
Vista panorámica de Puerto Sur y la isla
Demarchi, según el documento del Gobierno de la Ciudad que describe el
proyecto urbanístico de la zona
El traspaso del Puerto
La cuestión
del traspaso del puerto de Buenos Aires a la órbita de la Ciudad viene
planteada desde los tiempos en que el actual presidente era jefe de
gobierno. No se avanzó cuando el Gobierno Nacional estaba en manos del
FpV pero tampoco en los casi cuatro años de mandato en ambas
jurisdicciones de Cambiemos. Sin embargo, en las últimas semanas, el
tema adquirió notable dinamismo. La temida pérdida del control del
gobierno nacional a partir del 10 de diciembre, y la posibilidad de
retener el Gobierno de la Ciudad cambió, evidentemente, el panorama. Y
no sólo sería cuestión de retener espacios de poder. Hay otros asuntos
que se quieren asegurar manteniendo el control de puestos clave.
¿Sería
posible el traspaso del puerto a la Ciudad en un lapso tan breve, como
el que separa el momento actual del 10 de diciembre? Fuentes cercanas a
la actividad portuaria, en la que se desempeñan una docena y media de
gremios, señalan que “en las últimas semanas se aceleraron procesos y
aparecieron indicios de la intención de la transferencia del dominio de
la totalidad del Puerto de Buenos Aires a la Ciudad, especulando con la
permanencia en el poder político del oficialismo en el distrito
porteño”. Agregan, las mismas fuentes, que “la herramienta que podría
utilizarse para llevar a cabo la transferencia es un decreto de
necesidad y urgencia del PEN, que sólo podría ser derogado con la
intervención del Congreso, juntando una mayoría especial de ambas
cámaras”.
En el año 1989, la ley de reforma del Estado habilitó el
proceso de concesión del Puerto de Buenos Aires y la provincialización
del resto de los puertos del país. En 1992, por decreto se estableció la
desregulación, descentralización y privatización de las operaciones que
hasta entonces estaban a cargo de la Administración General de Puertos
(AGP). La operación del puerto se dividió en tres concesionarias, cuyos
contratos vencen en mayo de 2020. El gobierno, a través del Ministerio
de Transporte y la Administración General de Puertos, les anticipó que
este año se concretaría la licitación con un nuevo diseño de
explotación. Como resultado del mismo, varios terrenos dejarán de
pertenecer al área portuaria, según establece el nuevo pliego. Además,
de las tres concesiones actuales se pasaría a sólo una, que integraría
la totalidad del servicio de carga y descarga de buques.
Aparece Nicky en escena
Ya
en el mes de julio pasado, un grupo de dirigentes gremiales en
representación de la federación marítimo portuaria habían denunciado que
una empresa con sede en Singapur, PSA, se había posicionado para pasar a
operar como exclusivo concesionario las tareas de carga y descarga en
el puerto de Buenos Aires, aspirando a una concesión por 35 años
prorrogables por otros 15. Es decir, arrancando en 2020 y pudiendo
extender el contrato hasta 2070. Quien actuó como presentador de la
empresa y la aproximó a las autoridades fue Nicky Caputo, en su doble
rol de cónsul honorario de Argentina ante Singapur, y representante de
los negocios de empresas de Singapur en Argentina. En esa doble función,
concretó reuniones de representantes de PSA con funcionarios argentinos
en ambos países interesando a ambas partes en un acuerdo. “Hay un
direccionamiento notorio de la licitación para que la gane PSA”, señaló
en aquel momento el diputado Rodolfo Tailhade, a quien los gremios
denunciantes le acercaron la documentación, además de a otros
legisladores.
Como parte del proyecto aparece el desarrollo
inmobiliario, en el cual tendría participación directa el propio Caputo a
través de su firma. Y es que el pliego de licitación establece una
relocalización de los espacios de carga y descarga, lo cual “liberaría”
terrenos de uso para el emprendimiento inmobiliario. “El pliego prevé la
pérdida inmediata del primer espigón del puerto, lo cual le da
continuidad al negocio inmobiliario denominado Distrito Quartier”, en la
denominada Dársena Norte. Esto es, en la zona de Retiro, un complejo de
edificios de oficinas y viviendas de altísimo nivel (como continuidad
de Puerto Madero), que se erigirán en el espacio “ganado” con la
realización de las obras del Paseo del Bajo, la conexión vial
subterránea desde el ingreso a Retiro por zona norte (a través de la
avenida Lugones) y que atraviesa toda la zona de Puerto Madero hasta el
sur. En este emprendimiento, Quartier, ya tiene participación directa la
empresa desarrolladora de Caputo.
Paseo de compras por el puerto
Pero
no es todo. Entre otros terrenos cedidos por el Puerto de Buenos Aires a
favor de emprendimientos inmobiliarios, ya se contaban los destinados
al proyecto llamado Catalinas 2, el cual también tiene como protagonista
principal a Nicky Caputo, a través de su firma TGLT, asociada al grupo
Techint y a Consultatio. Ahora, la iniciativa del Gobierno de la Ciudad
para la transferencia de terrenos portuarios en el perímetro de la
denominada Zona de Puerto Sur ha tomado nuevo impulso. Se aceleraron los
tiempos para lograr la firma de un convenio entre el Ministerio de
Transporte de la Nación, el Gobierno de la Ciudad y el AABE
(Administradora de Bienes del Estado) para transferir los terrenos
previo al traspaso presidencial de diciembre.
Puerto Sur comprende un
sector de aproximadamente 115 hectáreas y 5000 metros de muelle que se
extiende desde la calle Brasil (límite sur de Puerto Madero) hacia el
sur hasta la costa del Riachuelo. En la zona se encuentran radicadas
empresas de servicios de almacenaje, depósitos fiscales, astilleros
navales, telecomunicaciones y el Casino de Buenos Aires, entre otros. El
objetivo es ir desplazando o “relocalizando” a estas instalaciones para
desarrollar en su lugar otro megaemprendimiento inmobiliario
multimillonario. De allí el interés de poner esos terrenos en manos del
Gobierno de la Ciudad (con la hipótesis de que continuará en manos de
Cambiemos), dándole injerencia además en la gestión del Puerto de Buenos
Aires. Además, dejar a medio concretar la concesión del servicio de
carga y descarga a “operadores amigos”. Todo en tiempo récord, pero los
beneficios justificarían la urgencia.