La corrosión salarial de la era Cambiemos, imparable y sin excepciones
Un informe de la CTAA definió que la franja del deterioro en los sueldos va desde el 15 al 30% y en comparación dolar la pérdida es aún mayor. por Luis Autalan. El retroceso de los salarios en algunas actividades supera el 30%. Mientras los foros neoliberales discuten en modo filosófico si la crisis y sus problemas fueron los mentores o el modelo económico a partir de 2015 los salarios en datos duros aparecen desvastados. “La licuación de los sueldos de convenio en los últimos 4 años fue impactante. El retroceso en algunas actividades supera el 30% como prensa o administración pública nacional, no hay excepciones otras registran caídas entre el 15% y el 20%”, le remarcó a BAE Negocios Luis Campos, coordinador del Observatorio de Derecho Social de la CTAA.
En efecto, esa mensura que describió el analista, eje de un informe de
ese foro, se trazó respecto al IPC de la Ciudad de Buenos Aires. Ahora
si en modo karma el análisis toma como referencia al dólar, tipo de
cambio mayorista para el caso, la corrosión salarial es todavía mayor.
“Se aprecian caídas que van desde el 30% a más del 50%. Parece que con
la licuación del costo laboral no alcanzaba para que arranque la
economía local”, lamentó Campos. El desafío para el próximo gobierno
entre otros tópicos está lejos de la utilización de las metáforas
aplicadas sobre estadísticas y está en definir la política económica y
la referida al mercado de trabajo.
El detalle del informe no deja
lugar a especulaciones, para la medición por IPC/ CABA y dólar, los 10
diez primeros sectores en cuanto a devaluación de sueldos lo encabeza
prensa 32,4 y 53,6%; administración pública 31,2 y 52,9%; el Salario
Mínimo Vital y Móvil con 29,8 y 52,1%; metalúrgicos 21,1 y 45,8%;
judiciales bonaerenses 20,7 y 45,5%; camioneros 19,5 y 44,7%; comercio
17,6 y 43,5%; sanidad (personal de sanatorios) 16,6 y 42,8%;
construcción 16,0 y 42,4% y el décimo escanio para alimentación 14,8 y
41,5%.
En el cálculo la CTAA utilizó datos de acuerdos salariales,
IPC CABA y Banco Central. Tanto Campos como su equipo de colaboradores
puntualizaron que en los últimos años un amplio sector de empleadores y
el Gobierno coincidieron en que era necesario reducir el costo laboral
para mejorar la competitividad de la producción local. Ni hablar de la
letra indeleble que trazó el FMI en su regreso al país sobre sueldos,
jubilaciones y pensiones.
“Los reclamos por una reforma laboral que
flexibilice aún más el mercado de trabajo fueron y son todavía una
constante en quienes marcan la cancha del mercado laboral en tanto la
actualización de los salarios nominales se ubicó sin pausas por debajo
de los niveles de inflación”, reseñó Campos.
Y la cuestión tanto para
la CTAA u otros foros de análisis del escenario laboral, como el
Instituto Abdala o el Instituto de Estadísticas de los Trabajadores
(IET) donde coinciden sindicatos de la CGT y las CTA “todavía puede ser
peor”. Así consideran que el impacto del último ajuste post PASO todavía
no finalizó. “La licuación del salario ha tenido una magnitud que solo
puede compararse con las crisis de fines de los 80 y 2001. Lo que es más
grave en la actualidad es que el deterioro no fue producto de episodios
puntuales, sino consecuencia deliberada de una política de gobierno
sostenida en el tiempo”, evaluó Campos en revisionismo de crisis.