Millones de dólares se giran a guaridas fiscales
Millones de dólares se giran a guaridas fiscales. La propuesta de cobrar un impuesto mínimo global. La evasión impositiva de las multinacionales en Argentina y el mundo. En el país, las multinacionales transfieren utilidades por unos 3200 millones de dólares por año a guaridas fiscales, que implica una pérdida de recaudación equivalente a 1125 millones de dólares. A nivel mundial, esas operaciones representan el 40 por ciento de las ganancias de esas grandes firmas, más de 700 mil millones de dólares. Por Alfredo Zaiat. El 40 por ciento de las ganancias de las multinacionales, más de 700 mil millones de dólares, se transfiere a guaridas fiscales cada año. Estos giros reducen en más de 200 mil millones de dólares los ingresos al fisco por el impuesto sobre esas utilidades.
En el caso argentino, para 2017, la estimación de transferencias de
utilidades de multinacionales que operan en el país a guaridas fiscales
fue de unos 3200 millones de dólares, que implicó una pérdida de
recaudación equivalente a 1125 millones de dólares. Al tipo de cambio
oficial (100 pesos por unidad), esta evasión/elusión impositiva suma
112.500 millones de pesos, poco más de un tercio de los recursos
obtenidos por el Aporte Extraordinario de las grandes fortunas.
Estas
cifras globales fueron elaboradas por investigadores de las
universidades de California en Berkeley y de Copenhague, y ese estudio
forma parte de la documentación distribuida por la Comisión
Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa
Internacional, red que busca promover una amplia reforma de la
tributación corporativa global.
Cuál es la posición argentina
En
un reciente encuentro virtual de esa organización, el ministro de
Economía, Martín Guzmán, respaldó el proyecto de impuesto mínimo global a
las multinacionales, que los países desarrollados proponen con una
alícuota de 15 por ciento, pero reclamó que sea de 21 por ciento, como
quiere Estados Unidos, o el 25 por ciento, como demandan países en
desarrollo y la propia Comisión.
En un posterior hilo de tuits,
Guzmán adelantó cuál será la posición argentina que llevará esta semana a
la cumbre de ministros de Finanzas del G20, en Venecia, Italia. En ese
ámbito se discutirá, entre otros temas, el porcentaje de la tasa
impositiva y el país en donde las multinacionales tendrán que pagar (en
el de la casa matriz o en el de operaciones).
Guzmán escribió:
*
"Hoy (por el jueves pasado) se alcanzó un amplio consenso internacional
para dar un paso importante para resolver uno de los problemas de la
globalización que más daño le ha hecho al mundo: la elusión impositiva
por parte de las empresas multinacionales.
* Aun cuando queda
mucho camino por recorrer, estamos frente a un momento histórico, una
verdadera oportunidad para coordinar globalmente y terminar con las
guaridas fiscales que perjudican a los pueblos de todo el mundo y a las
posibilidades de desarrollo de los pueblos.
* El acuerdo incluye
una tasa mínima global a corporaciones multinacionales de al menos el 15
por ciento, que aun estando (lejos) de lo que consideramos óptimo,
ayudará a fortalecer la capacidad de los Estados para implementar
políticas públicas que contribuyan al progreso de las sociedades.
*
Argentina, luego de firmes y valiosas negociaciones multilaterales en
las que se construyeron entendimientos, acompañó el consenso. De aquí a
la cumbre del G-20 en octubre, hay que seguir trabajando en los detalles
del acuerdo para que efectivamente sea sano para el mundo.
* En
las negociaciones, desde Argentina hemos manifestado la importancia de
resolver dos cuestiones esenciales antes de octubre de este año.
Primero, establecer un mecanismo de resolución de controversias que sea
internacionalmente equilibrado y eficaz.
* Segundo, que el
compromiso de eliminar medidas unilaterales se circunscriba únicamente a
las empresas comprendidas por el acuerdo logrado, de manera de proteger
la soberanía de imposición.
* Continuaremos trabajando junto a
la comunidad internacional y sobre la base de este valioso consenso para
construir reglas de juego globales que apunten a dos objetivos
centrales: el bienestar de nuestro pueblo y el desarrollo equitativo y
sustentable del mundo".
La reforma es insuficiente
Para la
Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa
Internacional el acuerdo es "una nueva oportunidad perdida" para poner
fin a la evasión fiscal de las multinacionales y generar ingresos para
apoyar a los gobiernos en su lucha contra la pandemia y la recuperación
tras la covid-19.
Las claves de esta iniciativa son dos:
1.
La definición de la alícuota impositiva. El 15 por ciento plantea la
OCDE, 21 por ciento propone Estados Unidos (Argentina apoya esta moción)
y el 25 por ciento reclaman países en desarrollo y organismos
internacionales independientes, como la Comisión (Guzmán afirmó que ésta
última sería la mejor opción pero aceptando igual las otras).
2.
El lugar donde las multinacionales deberían pagar ese nuevo impuesto.
Las potencias quieren que sea en los países de origen, mientras el resto
y esas mismas organizaciones independientes sostienen que debe haber un
mayor equilibrio en esa distribución de recursos adicionales con los
países en donde desarrollan sus actividades. De este modo, los países
más vulnerables captarían parte de esos fondos fiscales, además que los
necesitan más que los países ricos.
Al respecto, la Comisión
considera que una reforma integral permitiría gravar los beneficios de
todas las multinacionales a nivel mundial en función de sus actividades
reales en cada país, es decir, asignando los beneficios globales de las
multinacionales a los distintos países según una fórmula, en función de
los factores clave que generan los beneficios: el empleo, las ventas y
los activos.
El objetivo del 25 por ciento
La Comisión, que
cuenta con la participación de José Antonio Ocampo, Joseph Stiglitz,
Thomas Piketty, Jayati Ghosh, entre otras figuras internacionales,
propone un ambicioso impuesto mínimo efectivo global de 25 por ciento
para las multinacionales, poniendo fin a la perjudicial competencia
fiscal entre países y reduciendo el incentivo de las multinacionales
para trasladar los beneficios a las guaridas fiscales.
"El
acuerdo del Marco Inclusivo se queda corto en cuanto a la reforma
integral que el mundo necesita y no refleja las demandas que los países
en desarrollo han hecho en las últimas semanas de una mayor y más justa
reasignación de los derechos fiscales para las empresas más grandes y
rentables y de un impuesto mínimo global elevado que garantice la
generación de ingresos significativos y su reparto justo", sentencia,
para indicar que ese acuerdo sólo sirve a los intereses de un puñado de
países, que son, precisamente, los más ricos.
Desafía con que ha
llegado el momento de que los países del G20 muestren un verdadero
liderazgo y eleven la ambición del actual acuerdo. Para ello, aconseja
que es necesario comprometerse tanto "a introducir un impuesto mínimo
mucho más elevado, de al menos el 21 por ciento como proponen ahora
Estados Unidos y Argentina", como a abogar dentro del Marco Inclusivo
por una mayor proporción de los beneficios globales de las
multinacionales que se reasignen mediante una fórmula, tal y como han
venido reclamando tanto el Grupo Intergubernamental de los 24 como el
Foro Africano de Administración Tributaria, que coordinan las posiciones
de sus miembros que participan activamente en las negociaciones.
Cuánto suman los montos a recaudar
Una
alícuota mínima global de 21 por ciento, que es la propuesta del
presidente de Estados Unidos, Joe Biden, podría generar 640.000 millones
de dólares, según el cálculo realizado por Tax Justice Network.
El
Observatorio Fiscal Europeo, dirigido por el economista francés Gabriel
Zucman, discípulo de Thomas Piketty, ha considerado varios escenarios.
En 2021, la recaudación del impuesto de sociedades ascenderá a 170.000
millones de euros, lo que supone un aumento del 50 por ciento de la
recaudación actual y el equivalente al 12 por ciento del gasto sanitario
total de la UE.
Con una alícuota mínima de 21 por ciento, la UE
recaudaría unos 100.000 millones de euros más. En cambio, con una tasa
de 15 esos ingresos se reducirían a la mitad.
Otra estimación
indica que con una alícuota de 25 por ciento se recaudaría casi 17.000
millones de dólares más para los 38 países más pobres del mundo, donde
vive el 38,6 por ciento de la población mundial, que con una de 15 por
ciento.
La Comisión propone que "los ingresos adicionales
generados por un impuesto mínimo global deben repartirse equitativamente
entre los países de origen de las multinacionales y los países en
desarrollo donde se originan las actividades".
El argumento engañoso de las multinacionales
Las
multinacionales sostienen que una alícuota impositiva de 21 por ciento
"sería excesiva y perjudicaría a los países en desarrollo, privándoles
de una valiosa herramienta para atraer inversiones".
Este
argumento es engañoso, que es el mismo que repite aquí la secta de
economistas de la ortodoxia en sus habituales giras de confusión
mediática al postular que los ricos paguen menos impuestos, ya sea el
Aporte Extraordinario o los impuestos a las grandes empresas.
En
el documento de investigación "Opciones para el uso eficaz y eficiente
de los incentivos fiscales para la inversión en los países de bajos
ingresos", elaborado en forma conjunta por técnicos del FMI, OCDE, ONU y
Banco Mundial, ha demostrado lo siguiente: cuando una empresa
multinacional se plantea dónde ubicar un centro de producción, la
ventaja fiscal no figura en absoluto entre los primeros criterios a
tener en cuenta.
La decisión la toma por otras cuestiones, como
la calidad de las infraestructuras, la educación de los trabajadores o
la seguridad jurídica.
La desigualdad social y económica fue
aumentando sin pausa en las últimas cinco décadas. La pandemia
profundizó esa desigualdad. La concentración de la riqueza se fue
incrementando año a año y no registró freno en la peor crisis global de,
por lo menos, los últimos cien años.
La iniciativa de un
impuesto mínimo global a las multinacionales es el comienzo para
inclinar la balanza, al menos un poquito, hacia la equidad tributaria de
un sistema global injusto.