FMI E INJUSTICIAS CON JUBILADOS/AS Y PENSIONADOS/AS
FMI E INJUSTICIAS CON JUBILADOS/AS Y PENSIONADOS/AS Por el Dr Miguel Julio Rodríguez Villafañe
En 2012, el FMI publicó el “Informe sobre la estabilidad financiera mundial (GFSR, por sus siglas en inglés)”, y en el capítulo 4, hizo una alerta sobre el impacto financiero del riesgo de longevidad. El FMI en el documento sostuvo: “Las implicaciones financieras de que la gente viva más de lo esperado (el llamado riesgo de longevidad) son muy grandes”. La institución destacaba, fríamente, que retrasar la edad de jubilación permitía prolongar el período de acumulación de recursos jubilatorios y luego, con jubilaciones tardías, se acorta el período de uso de las mismas, dado el tiempo natural de la existencia humana.
Sin embargo, en el informe no se analizó las implicancias deficitarias
para las per-sonas y los pueblos de exigir el pago de deudas externas
eternas ilegítimas, odiosas, írritas y usurarias impuestas, por parte
del poder financiero mundial. Y, tampoco, de ninguna ma-nera, el FMI
dijo nada que, en el año 2017, el gobierno de Mauricio Macri contrajera
una deuda por cien años, con una tasa de interés del 8,25 por ciento
anual, que fue una de las operaciones financiera más rentable para los
grandes fondos de inversión internacionales, que condicionaron el futuro
a más seis generaciones argentinas.
Pero, siempre se hace
aparecer que los culpables de los desfasajes presupuestarios son la mal
llamada “clase pasiva”. Y se la presenta como una carga para la
sociedad, parti-cularmente, además, si viven demasiado. Todo ello sin
juicio crítico, ni legal, ni moral sobre el tema.
A su vez, el
manejo mediático de la problemática no toca para nada los pagos de deuda
externa, los edulcora, sin obligar que se paralice su pago y se haga
una auditoría, para determinar si corresponde legalmente abonarlos.
Pero lo grave radica también, entre otras de las grandes
discriminaciones internas que se hace con jubilados/as y pensionados/as y
nadie la refiere, respecto de las deudas que hay para con ellos, no
discutidas y legítimas. Vale referir que la Ley vigente 24.463 del
Procedimiento Judicial de la Seguridad Social, del año 1995, determina
injustamente, en el artículo 21 que, ante los juicios de naturaleza
previsional, “en todos los casos las costas serán por su orden”. O sea,
no obstante, jubilados/as y pensionados/as hayan ganado el jui-cio a la
Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS), lo mismo deben
pagar sus gastos y los honorarios de sus abogados.
Lo antes
mencionado, va en contra de lo que dispone la Constitución Nacional
(arts. 14 bis, 16, 17, 18 y 28) y la “Convención Interamericana sobre la
Protección de los Dere-chos Humanos de las Personas Mayores”, suscripta
por Argentina y ratificada por la Ley 27.360 de 2017. La Convención
dispone, entre otras afirmaciones en la temática, que los Estados Parte
“adoptarán y fortalecerán todas las medidas legislativas,
administrativas, ju-diciales, presupuestarias y de cualquier otra
índole, incluido un adecuado acceso a la justicia a fin garantizar a la
persona mayor un trato diferenciado y preferencial en todos los
ámbitos”, (art. 4, inc. “c”).
El artículo 21 de la Ley 24.463,
que lleva una vigencia de más 26 años, aún hoy no ha sido derogado y el
Estado Nacional lo ha ratificado e hizo y hace un uso abusivo del mismo.
Ello porque, al no tener que pagar las costas, interpone todos los
recursos posibles a todas las instancias tribunalicias, para dilatar
cualquier resolución judicial aún, cuando en el tema planteado hubiera
jurisprudencia pacífica, contraria a la postura asumida por el AN-SeS.
A su vez, la demora indebida y cruel, a la que el Estado Nacional
somete a los de-mandantes para que se les reconozca los derechos que les
corresponde, en cuestiones de contenido alimentario y vital, no solo
perjudica su patrimonio, sino que también ataca uno de los bienes
escasos de las personas mayores, como es su tiempo. Un reconocimiento de
sus derechos tardío, les impide, muchas veces, disfrutar de los que les
es propio.
Además, la norma va en contra del principio general
de las costas judiciales, que determina el artículo 68 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación -Ley 17.454-, que dispone: “la
parte vencida en el juicio deberá pagar todos los gastos de la
contraria, aún cuando ésta no lo hubiese solicitado”, solo pudiendo el
juez, excepcionalmente, eximir total o parcialmente de esta
responsabilidad al litigante vencido.
En diciembre de 2017,
la nueva Ley Nacional 27.423 de Honorarios de Abogados en la justicia
federal, se avanzó en el tema y el Congreso Nacional determinó, en el
art. 36, que “en las causas de seguridad social… Las costas se impondrán
de acuerdo a lo normado por el Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación”, o sea, de conformidad al art. 68 referido. Inmediatamente
después, el presidente Mauricio Macri dictó el Decreto de Nece-sidad y
Urgencia 157, en febrero de 2018, por el que derogó el artículo 36. El
gobierno en-tendió, evidentemente, que dicho pago de honorarios que
correspondía abonar al Estado responsable en la demora, estaba en contra
de los objetivos económicos planteados por el FMI.
El tema es
inaceptable, reparemos que entonces las víctimas previsionales, siempre
deben pagar los honorarios de los abogados, cuando tienen que hacer el
juicio al Estado incumplidor, mientras que, a los Fondos Buitres, en el
arreglo llevado a cabo por Mauricio Macri, en abril de 2016, se les pagó
los honorarios de sus abogados, aún en las causas que perdieron ellos,
como fue la del embargo de la fragata Libertad en Ghana, en el que
Argen-tina ganó el planteo judicial.
En el año 2019, propuse a
la Comisión Especializada de DD.HH. de las Personas Mayores del Colegio
de Abogados de Córdoba realizar una gran movida, para que se dero-gue a
la brevedad, el injusto e indebido art. 21 de la Ley 24.463, por ser
inconstitucional y afectar gravemente derechos de los jubilados y
pensionados y reflotar el artículo 36 de la Ley Nacional 27.423, que
fuera derogado por DNU. Lamentablemente, si bien la Comisión avaló la
propuesta, la Sala de Derecho Previsional del Colegio y el Colegio
mismo, aún hoy, a más de 2 años, no avanzaron en ella. ¿Será que
defienden que para los/as abogados/as es más fácil cobrar sus honorarios
de la plata del jubilado/a, cuando les pagan lo adeudado, que ejecutar
al Estado que perdió el juicio?
Todos somos responsables ante tremenda injusticia para con nuestros mayores. No podemos mirar para otro lado en el tema.
Miguel Julio Rodríguez Villafañe
Abogado constitucionalista y
Periodista columnista de opinión