Gestapo macrista
Exclusivo: uno de los participantes de la reunión en la Rosada en que Mauricio Macri ordenó perseguir a los sindicalistas reveló todos los detalles a Página/12 "Desde ahora, el que queda a cargo de coordinar esto es Gustavo (Arribas)", fue la orden ilegal que dio Mauricio Macri el 4 de mayo de 2017 a los asistentes a la reunión en la Casa Rosada. Además de Arribas y Villegas, estaban Bullrich, Dietrich, Triaca y Garavano. Por Raúl Kollmann. “Desde ahora, el que queda a cargo de coordinar esto es Gustavo (Arribas)”. La orden de Mauricio Macri sobre la persecución de Juan Pablo Pata Medina y la UOCRA de La Plata, fue pronunciada el 4 de mayo de 2017 a las 10 de la mañana. Hasta ahora se creía que en ese encuentro sólo estuvieron Arribas y Marcelo Villegas, el ministro de Trabajo de María Eugenia Vidal. Pero un participante de aquella reunión le reveló a Página/12 que estuvieron varios más: la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el ministro de Transporte Guillermo Dietrich, el de Trabajo Jorge Triaca y el de Justicia Germán Garavano.
Es decir que cuarenta días antes de la reunión en la que se añoró una
Gestapo -15 de junio de 2017- y casi dos meses antes del inicio de la
causa judicial con un anónimo -31 de julio de 2017- Macri puso
ilegalmente en manos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) una
ofensiva también ilegal contra el sindicalismo opositor. Esto explica
por qué la convocatoria al encuentro en la sede del Banco Provincia fue
hecha por los altos cargos de la AFI y por qué la AFI filmó el
encuentro. La misma fuente asegura que el video se lo exhibió Arribas a
Macri en la Quinta de Olivos el viernes 16 o el viernes 23 de junio de
2017. Todo será volcado en este mismo mes en la causa judicial.
La
cumbre del 4 de mayo de 2017 en Casa Rosada ya figura en la causa
judicial que tramita en el juzgado federal de La Plata, a cargo de
Ernesto Kreplak. Lo que no se conocía del todo es el contenido y los
participantes. Bullrich, Dietrich, Triacca y Garavano fueron convocados
porque la agrupación de Medina entorpecía las obras de electrificación
del Ferrocarril Roca y la construcción de rutas en las cercanías. Pero
en lugar de hacer las denuncias como correspondía, Macri resolvió
convertir la cuestión en una operación de inteligencia interior, por lo
tanto ilegal, sin orden de ningún juez. El expresidente no puso el tema
en manos de juristas para hacer los planteos correspondientes, sino que
delegó todo en el espionaje.
Lo que hicieron los espías
Como
consignó la periodista Luciana Bertoia en Página/12, las operaciones
empezaron de inmediato. Ya el 9 de mayo, o sea cinco días después de la
cumbre de Casa Rosada, el agente Leandro Araque encabezó una operación
para fotografiar la quinta y los vehículos de Medina. En las imágenes
apareció una camioneta Toyota Hilux a nombre de la empresa Abril
Catering, que luego fue utilizada en el anónimo con el que un mes y
medio más tarde se inició la causa. La declaración de Araque derrumba
nuevamente el escandaloso encuadre de que ese grupo de espías eran
monotributistas.
El abogado Mariano Cúneo Libarona, que defiende a
los dueños de Abril, enumeró la increíble cantidad de ingresos ilegales
al sistema Nosis para obtener informes de Medina y todo su entorno: en
total, 17 ingresos sólo en mayo. ¿Desde qué cuenta se pidieron los
informes? Del usuario del Ministerio de Seguridad de la Nación,
conducido por Bullrich. En este caso, los registros fueron pedidos por
Alan Ruíz, que estuvo con Bullrich y pasó a la AFI. Ruíz es el que le
daba instrucciones al grupo de espías Super Mario Bros, en el que
revistaba Araque, transferido desde la Policía de la Ciudad.
La reunión en el Banco Provincia
La
coordinación de todas las operaciones quedó en manos de la AFI. Y eso
es lo que se verifica en la reunión del Banco Provincia, aquella en la
que se exhibió nostalgia por una Gestapo.
La convocatoria la hizo la AFI, pero a través del gobierno bonaerense. Así se reservó el salón.
Los
ministros que estuvieron allí no sabían de entrada en qué consistía.
Marcelo Villegas, el ministro de Trabajo, sí citó a los empresarios de
la construcción, pero todo indica que él mismo fue citado por orden de
la gobernación y por pedido de la AFI.
Esto explica, como anticipó en
su momento Página/12, que el día anterior la AFI haya instalado las
cámaras y los micrófonos, mientras que el viernes 16 concurrieron dos
personas de la central de espías a desmontar todo en el salón del Banco
Provincia.
No hay dudas que la voz cantante la llevaron los tres
altos cargos de la AFI, en especial Sebastián De Stéfano, director de
Jurídicos, pero también el jefe de operaciones Dalmau Pereyra y el jefe
de Gabinete, Darío Biorci.
Es evidente que Villegas se entusiasmó y
acompañó las operaciones con máxima pasión. También está claro que no se
filmó por orden de él porque es el que aparece diciendo las mayores
barbaridades.
El anónimo de la AFI
Con los materiales y fotos que
juntaron los espías del grupo autodenominado Super Mario Bros, más lo
que sumaron del Nosis y lo que aparece en Internet, la AFI armó un
anónimo que tenía tres objetivos:
Iniciar el expediente.
Dirigirlo
hacia el juez Luis Armella, de Quilmes, que manifiestamente no tenía
jurisdicción porque todos los protagonistas actuaban en La Plata. Hasta
la fiscal, Silvia Cavallo, dictaminó que Armella era incompetente, pero
como se dijo en la reunión de la Gestapo “hemos chequeado con la
Procuración, fiscalía, con el juez, que eso va a funcionar. Fue el
primer paso unas cuantas semanas atrás”.
Acusar a Medina de lavado de dinero, con lo cual se garantizaban la intervención de la justicia federal, es decir de Armella.
Lo
curioso es que la AFI se cuidó poco. El anónimo fue entregado en mesa
de entradas del juzgado de Quilmes y se lo recibió sin problemas el
propio secretario del magistrado. Para colmo, es parecido -idéntico- a
otro que se presentó en la Unidad de Información Financiera (UIF),
contra el representante de jugadores de fútbol, Uriel Pérez, justito el
mismo negocio al que se dedica Arribas. Pérez había tenido un fuerte
choque con el hijo de Arribas que seguía en el negocio del fútbol. El
anónimo llegó por correo, pero no está ni doblado.
El espaciado, la
letra, la tinta, la redacción, todo es demasiado parecido. Incluso con
otro anónimo originado en la AFI, el que presentó en su momento el
fiscal Carlos Stornelli para poner en marcha la llamada "operación Puf
Puf", que tuvo el objetivo -frustrado- de voltear la causa contra
Marcelo D’Alessio y el propio Stornelli en Dolores. El estilo parece ser
siempre el mismo: anónimo, juez adicto, persecución a opositores,
prisiones preventivas, embargos, luego escuchas en la cárcel y así
sucesivamente.
Protagonistas: Macri, Arribas, Armella
La
instrucción de Macri se cumplió y Arribas tuvo “la coordinación” y el
manejo del caso Medina, casi tres meses antes del inicio de la causa
judicial. La AFI fue el eje de convocatoria, gestionó el salón, armó las
cámaras y micrófonos, registró la reunión de la Gestapo desde los
cuatro ángulos, desarmó al día siguiente y, según las versiones, le
exhibió ese video al Presidente, en Olivos.
Desde el día siguiente,
los hombres de Arribas juntaron los materiales para hacer el anónimo y
tenían todo arreglado con el juez Armella para que tome el expediente,
aunque el caso no tenía la menor relación con Quilmes, su jurisdicción.
Pero
tan claro estuvo el liderazgo de Macri en todas las operaciones que el
18 de octubre, pocos días después de detener a numerosas personas y
embargarlas, el juez Armella pidió hablar personalmente con el entonces
Presidente. Así quedó registrado en el celular de Darío Nieto, el
secretario del Presidente: la nota dice, textualmente, “(dice) Villegas,
(que el) juez de Quilmes quiere hablar con MM en privado”.
Lo de
Medina es sólo un ejemplo de lo que se repitió en todos los órdenes. Lo
que sucede es que en el caso de la Uocra de La Plata está el video como
evidencia demoledora. Pero así ocurrió con los Moyano, con Roberto
Baradell, con los titulares del Grupo Indalo, con los presos por el
Memorándum de Entendimiento con Irán y un largo listado de opositores al
macrismo.
La orden: Macri en persona. La preparación sin orden
judicial: la AFI y los ministros. La ejecución: los jueces y fiscales
previamente arreglados, con el respaldo de los medios alineados con
Cambiemos.