Fuerte impacto que tiene la cadena en la remarcación
En el valor del pan el 60% viene asociado a la panadería, en la carne vacuna el 29% corresponde al feedlot y en la leche el 32%, a la industria. La inflación se explica por múltiples factores, no solo por el aumento de los commodities del agro. Por Yanina Otero Primero la pandemia y luego el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania llevaron a los precios de los alimentos a máximos históricos. Los cereales, como el trigo y el maíz, cumplen un rol clave en la canasta básica ya que son materias primas utilizadas para la producción de farináceos y para la alimentación animal. Lo cierto es que su impacto directo en la conformación de los precios finales de los alimentos no es tan elevada en comparación al rol que cumple la cadena productiva y los impuestos. Concretamente, según un estudio realizado por FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina), el trigo se multiplica por siete en su recorrido desde el campo a la panadería, la leche se triplica y en la carne, más del 60% son costos y 28% impuestos.
los huevos de pascua aumentaron entre 40% y 70% y el de chocolate amargo
gana adeptos Según el relevamiento, el maíz representa sólo el 16% del
precio final de la carne de cerdo, 23% en carne aviar, 11% en carne
vacuna y 6% en leche, mientras que el trigo aporta el 13% del precio del
pan. “En el último tiempo, por la guerra Rusia-Ucrania se dio un
aumento de granos y erróneamente se desvía la discusión de la inflación
hacia ese lado: se asocia el aumento de precios de alimentos a la suba
de precios del maíz o trigo, pero esta relación no es la que determina
lo que salen los productos. Este estudio demuestra que el impacto es
mucho menor al que se cree”, detalló Natalia Ariño, Economista de FADA.
Otra
cuestión clave es el peso de los impuestos sobre los precios finales de
los alimentos. El estudio marca que en la carne de vaca el 28% del
precio final son los impuestos de la cadena. En el pan francés la carga
tributaria llega al 23%, mientras que el sachet de leche entera tiene
una mochila impositiva del 26% de lo que pagan los consumidores. Lo
cierto, es que en este punto también se abre otro ítem para analizar,
porque mientras los precios de los productos que conforman la canasta
básica no paran de subir, en la vereda de enfrente los impuestos que
tributan los gobiernos nacionales o provinciales no tuvieron cambios
significativos. En definitiva, los valores que pagan los consumidores
argentinos por el pan, la leche o la carne, tienen un alto componente de
impuestos pero este no sería el factor que explica la remarcación en
las góndolas.
“En momentos donde la inflación se acelera se tiende a
discutir los precios, la cadena y los costos, pero en realidad el
problema no es de un precio en particular sino del peso en sí mismo,
nuestra moneda pierde valor de compra, el problema es mucho más amplio.
Desde el equipo económico de FADA definen tres puntos para explicarlo:
“Primero que tenemos un profundo déficit fiscal, segundo que esto se
financia emitiendo pesos y como tercero se suma la falta de confianza,
esta situación se traduce en pesos que cada vez valen menos: eso es la
inflación”, explican desde FADA.
El rol de la cadena
El trabajo
arroja que, en el precio del sachet de leche entera, el tambo representa
el 35%, la industria el 32%, el comercio 7% e impuestos el 26%. Aquí,
entonces se pone en valor la concentración en la industria láctea en
donde operan pocas empresas y conforman por si solas el 32% del valor
final del producto. Mientras tanto, del total que paga el consumidor por
kilo de pan francés. El trigo representa el 13%, el molino el 4%, la
panadería el 60% y los impuestos el 23%. Entonces, en la panadería y en
sus costos asociados a la mano de obra, alquileres o energía es donde
podría entenderse la remarcación de los valores. “El salto que se da en
la panadería se debe a que en ese eslabón se combinan dos procesos:
producción y comercialización. Tiene un uso intensivo de mano de obra,
costos de servicios y costos de alquiler. Adicionalmente, las escalas de
producción a lo largo de las cadenas son distintas, mientras el trigo y
harina se realizan a gran escala, en la panadería se da de una forma
más artesanal, por lo que los costos unitarios son mayores”, advierten
desde FADA. Finalmente, se registra que en el precio promedio de la
carne la cría representa el 28%, el feedlot 29%, frigorífico 5%,
carnicería el 10% y los impuestos el 28%. El maíz representa 11% del
precio del kilo de carne al mostrador. En este último punto, surge
entonces que la cría y el feedlot juegan un rol estratégico junto con
los impuestos y no tanto la industria frigorífica.
De cualquier
manera, más allá de las distorsiones que pueden encontrarse en la cadena
y que impactan de lleno en el precio final de los alimentos, la
respuesta a la inflación no es una sola. Porque si bien los commodities
no son los de mayor incidencia, los altos precios y la disponibilidad de
la materia prima en el mercado sí cumplen un rol clave, mientras que
además la concentración empresaria que se evidencia en rubros sensibles
como la harina, el aceite o las pastas secas también son cuestiones a
tener en cuenta.