Quien financio el tractorazo
El tractorazo que llegó este sábado a la Plaza de Mayo tiene un origen y un armado que, visto en los detalles, escenifica una medida de fuerza gestada en base a nítidos condimentos político-partidarios. Más allá de la presencia de dirigentes de Juntos por el Cambio en el lugar, la ingeniería de la manifestación -que se da en un contexto de precios internacionales históricos, ganancias récord y un Gobierno que hizo todo lo posible por evitar choques con el frente agrario- le pertenece a la fuerza política que conduce Mauricio Macri y explica casi exclusivamente las razones de la escena. Fueron las organizaciones del campo PRO, como se las conoce en el sector, las que le dieron el empujón fundamental al evento en los últimos diez días.
De esas usinas -integradas por ex funcionarios y financistas de campaña
de los cuadros del macrismo-salieron los panfletos, las movidas en
redes sociales, el ordenamiento de la logística, los discursos armados
para reproducir, los videos prolijamente editados y, sobre todo, el
comunicado incendiario que sorprendió con una frase pocas veces vista:
"queremos nuestro país de vuelta. Nos lo van a devolver, por las buenas o
por las malas", cerró el texto titulado "Queremos nuestro país de
vuelta", que se redactó no sin polémica en las usinas comunicacionales
de Campo más Ciudad.
Esa agrupación, que tiene como cara visible al
ex ministro de Agricultura de Macri, Luis Miguel Etchevehere y todo su
ex gabinete en la cartera, fue la que propulsó y contaminó un tractorazo
que nació a principios de año como una idea de productores
autoconvocados, pero que luego viró rápido, vía el aparato PRO, a una
marcha anti gobierno. Paradójicamente, en paralelo a ese comunicado
virulento, pagó la impresión de 10 mil Constituciones Nacionales para
repartir en la Plaza, como una manera de escenificar un pedido al Estado
de que "cumpla las reglas".
El 8 de enero de este año, en
Armstrong, provincia de Santa Fe, se juntaron productores autoconvocados
en una queja contra el Gobierno con consignas igual de difusas que las
actuales. Esos grupos, que hace poco se formalizaron con la personería
de la Asociación Argentina de Productores (AAPA), fueron presionando por
derecha a la Mesa de Enlace para sumarla al conflicto. Tanto que la
vaciaron de representación: a fines de marzo, las cuatro entidades (CRA,
Sociedad Rural, Federación Agraria y Coninagro) hicieron una asamblea
en la localidad de Alcorta, en Santa Fe, para responder a los
autoconvocados, pero falló el músculo y se reunieron solo 300
productores.