Argentina jugó, sufrió y ganó para llegar a las semifinales del Mundial
Argentina jugó, sufrió y ganó para llegar a las semifinales del Mundial.Por Juan José Panno Desde Doha. Países Bajos (número 8 en el ranking de la FIFA) fue de menor a mayor. Venció a Senegal (18) en el debut, empató con el Ecuador de Alfaro (44), superó sin despeinarse a Qatar (50) y jugó su mejor partido contra Estados Unidos (16) en los octavos de final. Contra Argentina jugó por primera vez contra un equipo en el top ten y no pudo ganar, pero celebró como una victoria el empate sobre la hora que lo llevó al alargue. Claro que después se quedó con las manos vacías.
Argentina (3) funcionó en modo montaña rusa: perdió con Arabia Saudita (51), jugó bien en el segundo tiempo contra México (13), muy bien contra Polonia (26) y más o menos contra Australia (38). El de Países Bajos fue su primer partido ante un equipo en el top ten del ranking de la FIFA. Y volvió a funcionar con subidas y caídas de tensión hasta que terminó festejando a lo loco el pase a la semifinal en el mismo día en que Brasil sacó pasaje de retorno.
La historia dice que Argentina nunca perdió con el arbitraje de
españoles en la Copa del Mundo. Contra Bulgaria en el 62 (1 a 0), contra
Haití en el 74 (4 a 1), contra Corea del Sur en el 86 (3 a 1), contra
Holanda en el 2006 (0 a 0) y ahora con Mateus Lahoz, árbitro difícil que
deja jugar y le gusta ser protagonista, adelantó antes del partido un
amigo español. Tenía razón con eso de querer ser protagonista. Dejó
jugar poco, cortó mucho y dio exagerados diez minutos de alargue. Tal
vez sea exagerado responsabilizarlo por las angustias padecidas.
Números
y más números. Por Mundiales jugaron seis veces: goleada holandesa en
el 74; revancha en el 78; 2 a 1 ganaron los naranja en el 98; 0 a 0 en
el 2006, otra vez 0-0 en el 2014, con Chiquito Romero convertido en
héroe; y esta vez el que se convirtió en héroe fue Dibu Martínez, que
atajó los dos primeros penales ejecutados por los de naranja y fue clave
para la definición. Nunca Argentina le pudo ganar en lo 90, pero ¿a
quien cuernos le importa ese detalle?
Los números no siempre van al
fondo de la cuestión: 3, 5, 2 en la formación de Países Bajos y 3, 5, 2
en la formación de Argentina. Como un espejo. También podría
interpretarse como 5, 3, 2, en unos y otros. Esquemas que se
flexibilizan cuando la pelota empieza a rodar. Una de las claves del
partido, había coincidencias generales, estaba en las subidas de los
laterales holandeses Dumfries y Blind, que habían sido vitales en el
partido contra Estados Unidos, y por eso Scaloni optó por la línea de
3/5 y le salió redondo. Al punto que los laterales de naranja aportaron
poco y los dos de Argentina se anotaron en los dos goles: Molina en el
primero tras un pase magistral de Messi y Acuña en el segundo,
provocando el penal que le permitió a Messi señalar el segundo.
Los
números no dicen nada sobre todo lo que se sufrió en el último tramo de
los 90 minutos iniciales. Argentina ganaba 2-0, venía defendiendo con al
pelota que era lo más aconsejable, pero de a poco fue metiendo la cola
en el área empujado por su miedo y por la desesperación de los rivales,
que quebraron todos sus esquemas y hasta lo mandaron a Virgil van Dijk
de 9. Descontó Weghorst, cuya entrada fue fundamental para su equipo con
un cabezazo. Y a los 101 minutos, en una discutible falta, llegó el
empate de pizarrón, como un mazazo. Menos de un minuto quedaba para el
2-1 que llevaba directamente al séptimo partido y parecía que todo se
venía abajo. Pero resultó que en el alargue y, sobre todo en la segunda
parte de esos 30 adicionales, el equipo de Scaloni retomó el
protagonismo y hasta pudo liquidarlo al final con un remate de Enzo
Fernández que devolvió el palo. Vuelve la pregunta: ¿Había necesidad de
sufrir tanto? ¿No se enamoró demasiado rápido de la ventaja? Puede ser,
pero también hay que valorarle a este equipo que se repuso en la
adversidad, que terminó apretando al rival cuando se venía la noche, que
tuvo el coraje necesario para ir a buscar el 3-2 y no lo consiguió en
el juego, pero sí en los penales. Y en el balance, es lo más lógico, lo
más justo.
Los números que quedarán registrados en la historia dicen
que Martínez atajó dos penales, que Argentina metió cuatro y Países
Bajos, tres. Y eso significa que Argentina jugará una de las semifinales
contra Croacia y que, en una de esas, el próximo 18 disputará la final y
tal vez Messi consiga el título mundial que se merece más que nadie.
Todo lo demás es opinable.