Ofensiva para desconectar a la Argentina de China
Maniobras de Estados Unidos para bloquear la cuarta central nuclear. Ofensiva para desconectar a la Argentina de China. El proyecto de construcción de Atucha III es resistido por Washington, que esta semana volverá a enviar una misión de lobby sobre organismos públicos locales Por Raúl Dellatorre. En la semana que se inicia, Estados Unidos renovará la ofensiva para tratar de bloquear los acuerdos de cooperación entre Argentina y China en materia nuclear, principalmente la construcción de la cuarta central atómica en el país con tecnología de la potencia asiática. El martes 11 arribará al país Christopher Hanson, presidente de la Comisión Reguladora Nuclear de EE.UU, con el mismo objetivo de las visitas anteriores de David Turk, secretario adjunto de Energía (marzo) y la recorrida del embajador Marc Stanley (enero) por las instalaciones de Atucha: advertir sobre los riesgos y la "inconveniencia" de asociarse con China en materia nuclear y el "interés de Washington en lograr la cooperación de Argentina" en impedir un despliegue de capitales chinos en América Latina, particularmente en sectores estratégicos.
En la última semana, circuló con fuerza la versión de un compromiso
asumido por el gobierno argentino, durante el encuentro de Alberto
Fernández con Joe Biden, el 29 de marzo, de excluir de los acuerdos de
cooperación con China la concreción de la cuarta central nuclear, Atucha
III, con tecnología y financiamiento de ese país. La renuncia de este
acuerdo estratégico tendría como contraprestación, se dijo, una
flexibilización de las presiones del FMI sobre la economía argentina
para el cumplimiento de las metas del acuerdo vigente, teniendo en
cuenta que en la actual situación del país someter a la economía a esas
exigencias podría significar el desenlace de una crisis económica y
social extendida.
En lo inmediato, con posterioridad a los
encuentros en Washington con el FMI, no se observó ninguna
flexibilización de las presiones del organismo. A juzgar por el
contenido del documento del equipo técnico tras los encuentros ("staff
report"), todo lo contrario.
Por su parte, fuentes oficiales de
Cancillería aseguran que "es absolutamente falso que se haya quitado de
la lista de obras a financiar por el convenio DECCE (Diálogo
Estratégico para la Cooperación y Coordinación Económica) la
construcción de la cuarta central nuclear". Esta obra, inicialmente
planteada durante la primera presidencia de Cristina Fernández de
Kirchner (2007/2011), fue incluida en el listado de proyectos
prioritarios del plan quinquenal de cooperación en infraestructura
2022/27, formalizado durante una visita de Alberto Fernández a China en
febrero de 2022.
La reacción de Estados Unidos frente a esta
iniciativa se puso en evidencia de inmediato. En abril de 2022, una
delegación encabezada por la subsecretaria adjunta de Seguridad
Internacional del Departamento de Estado, Ann Ganzer, visitó el país y
se entrevistó con diversas áreas de gobierno y de organismos vinculados a
la energía nuclear. Ante ellos, expusieron diversos cuestionamientos a
la tecnología ofrecida por China para Atucha III, por falta de calidad,
incumplimientos de normas internacionales, problemas de diseño y de
seguridad, y mucho más.
Un estudio con alto rigor técnico por parte
de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa estatal responsable de la
operación de las tres centrales nucleares existentes en el país (Embalse
y Atucha I y II), consideró improcedentes aquellos cuestionamientos,
sustentados principalmente en "recortes periodísticos sin respaldo
científico".
No obstante, la campaña estadounidense en contra de la
participación nuclear china continuó en sucesivas visitas, primero de
Laura Richardson, jefa del Comando Sur, y las más recientes del
embajador Marc Stanley y el secretario adjunto del Departamento de
Energía David Turk, en las que volvieron a plantearse los
cuestionamientos a la presencia china en la región.
Esta semana,
Christopher Hanson y sus cuatro acompañantes se entrevistarán con las
autoridades de la Autoridad Regulatoria Nuclear argentina, visitarán
Atucha, Invap, el Centro Atómico Bariloche y otras instalaciones del
sector. El temor a que la construcción de la central nuclear Atucha III
hubiera quedado "completamente descartada", como trascendió, fue
alimentada por algunas consideraciones públicas que se prodigaron
funcionarios argentinos y estadounidenses tras el encuentro de los
presidentes.
Parteaguas
De todos modos, el tema nuclear divide
las aguas en el gobierno. Fuentes del sector nuclear sospechan que los
intereses de Estados Unidos tienen más de un aliado en el gobierno para
intentar frenar la participación china. Las visitas constantes de
delegaciones norteamericanas, aseguran, cuentan con el aval y el impulso
de funcionarios con llegada al presidente de la Nación.
La propia
secretaria de Energía, Flavia Royon, en una reciente visita al Congreso,
al ser consultada por la cuarta central respondió que, "por ahora, no
tiene financiamiento", colocándola en el gabinete de los productos
congelados con su respuesta. Extraña respuesta, dado que el acuerdo ya
garantiza un 85% de financiamiento a cargo de bancos chinos y hay
conversaciones para ampliarlo al 100% (como se explica más adelante).
"Hay
quienes proclaman que, en política exterior, nadie puede discutir la
multipolaridad de Argentina, pero en cuestiones económicas eso no es tan
claro", discuten quienes ven con preocupación la falta de formulación
de una política nuclear que, no hay otra forma de plantearlo, debería
ser de largo plazo.
Geoestrategia y finanzas
Estados Unidos tiene
a la cuestión energética y la de alimentos en el eje de su estrategia
de control mundial. Argentina tiene trascendencia en ambas. En la
cuestión financiera, Argentina no es un factor importante para la
estrategia de Washington. El pedido del gobierno argentino con respecto a
un mayor respaldo del gobierno de Estados Unidos frente a las
negociaciones con el FMI no parecen haber tenido ningún resultado. La
delegación económica argentina volvió con un problema mayor que el que
llevaba en el vuelo de ida.
En materia financiera, el país está
recibiendo un trato más considerado de parte de China que de Estados
Unidos. Casi la mitad de las reservas internacionales están compuestas
por el swap en moneda china que operan como respaldo patrimonial. En el
caso de la central nuclear Atucha III, cuya inversión total se calcula
en 8300 millones de dólares, el acuerdo firmado establece que China
financiará el 85 por ciento. Por debajo de la mesa, es decir la parte
conversada pero aún no expresada en documentos, la potencia asiática
ofreció financiar el 15% restante si la falta de esos recursos frenaba
la concreción de la obra. Fuentes oficiales señalan que están abiertas
negociaciones con los bancos chinos participantes para avanzar en ese
aspecto.
Se entiende el esfuerzo de Beijing para que la obra se
concrete. Para China se trata de un proyecto estratégico, no por su
dimensión sino por lo que significaría geopolíticamente dar el primer
paso en materia nuclear en la región con tecnología propia, Hualong
(denominación con la que se la identifica). Es el mismo significado que
le da Estados Unidos al proyecto, pero en sentido contrario: impedir a
toda costa que China ingrese su tecnología a la región.
Para
Argentina, también la obra tiene interés estratégico, pero en otro
sentido. Atucha III estará equipada con un reactor de 1200 MW,
incrementando en un 60 por ciento la actual capacidad instalada (1763 Mw
entre las tres centrales) y en una proporción mayor el aporte nuclear a
la generación eléctrica total (hoy es el 7 por ciento).
Las obras
de construcción demandarán más de 7.000 empleos y sumará 700 empleos
fijos para su operación. Aproximadamente el 40% de los suministros
estarán a cargo de proveedores nacionales. Además, está previsto en el
contrato firmado en febrero del 2022, entre Nucleoeléctrica Argentina y
la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC), que Argentina se
beneficiará con la transferencia tecnológica y la capacitación de los
profesionales que deberán operar en el futuro la central.
Volver a Beijing
Las
próximas semanas serán claves para echar luz sobre el verdadero estado
de las cosas. Para mayo está prevista una visita de una delegación
argentina a Beijing con el objetivo de avanzar en los acuerdos
bilaterales. El convenio del DECCE (Diálogo Estratégico) abarca diez
acuerdos, definidos en enero de 2022, uno de los cuales es la cuarta
central. Será una oportunidad para ver en qué medida se avanzó en temas
estratégicos.
Por otra parte, esta pendiente la firma del memorandum
de adhesión argentina a la Franja y la Ruta de la Seda. Ya hubo un par
de intercambios de borradores en los que se define otra lista de obras y
espacios de cooperación (serían veintitrés tópicos en total). Quizás
sea la oportunidad, el encuentro de mayo, para estrechar lazos y darle
una esperanza mayor al multilateralismo.