La pelea por el voto de la familia militar
Patricia Bullrich habló de militares "injustamente presos" y prometió resolverlo si es presidenta. La precandidata de Juntos por el Cambio planteó como incompatible que haya detenidos que intervinieron en la guerra de Malvinas. "Si se siguiera la teoría de Bullrich, Alfredo Astiz debería estar libre", contestó el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, ante una consulta de Página/12. Por Luciana Bertoia. Patricia Bullrich no ceja en su pretensión de seducir a la familia militar, pero esta vez fue más allá y directamente impugnó el proceso de juzgamiento por crímenes de lesa humanidad. En una visita que les hizo la semana pasada a los veteranos de la zona de Punta Alta dijo que muchos de los que estuvieron en la Guerra de Malvinas “terminaron injustamente presos sin el reconocimiento de haber estado luchando por la patria”.
No hubo militares detenidos por las torturas a los conscriptos en las
islas, por lo que la actual precandidata presidencial de Juntos por el
Cambio estaba aludiendo a quienes actuaron en los centros clandestinos
de la dictadura. La exministra de Seguridad estuvo el jueves pasado en
Coronel Rosales, un bastión de la Marina, ya que en esa zona se ubica la
base de Puerto Belgrano. Bullrich visitó el partido en compañía de su
precandidato a intendente, Nicolás Aramayo, y de Néstor Grindetti, a
quien ella impulsa en la pelea interna para la gobernación bonaerense.
Muchas
de las intervenciones de Bullrich estuvieron enfocadas en llegar a
oídos de la familia militar, un electorado al que también pretende
llegarle su rival interno en JxC, Horacio Rodríguez Larreta y que se
enojó con Javier Milei después de que dijera que los condenados por
delitos de lesa deben cumplir sus penas. Durante la visita, la
exministra dijo que pensaba ponerse “en serio” como comandante en jefe
de las Fuerzas Armadas si llega a ganar las elecciones presidenciales.
“Un país como la Argentina –que tiene una geografía importante, sus
fronteras y la Antártida como objetivo geoestratégico– no puede pensar
en ser Costa Rica. Necesitamos Fuerzas Armadas preparadas para cualquier
conflicto”, dijo, según consignó el diario local La Nueva.
Con los represores, contra los conscriptos
La
agenda de Bullrich en la zona se completó con una visita al Centro de
Veteranos de la Guerra de Malvinas de Punta Alta. Allí, la dama de
hierro del PRO destacó la identificación de los caídos en el conflicto
bélico –un proceso que se inició durante la gestión de Cristina
Fernández de Kirchner, quien, además, desclasificó la información que
las fuerzas pretendieron ocultar durante más de 30 años– y despotricó
contra los pibes que fueron enviados a combatir mientras estaban
cumpliendo con el Servicio Militar Obligatorio (SMO). “Algunas veces se
valoraba más al conscripto que al que venía de la Armada o del
Ejército”, se la escucha decir en un video que registraron los veteranos
y circuló en redes sociales.
“A muchos de los que lucharon en
Malvinas por el bien de las Fuerzas Armadas les achacaron después una
historia. Muchos terminaron injustamente presos sin el reconocimiento de
haber estado luchando por la patria. Ése también es un tema del que hay
que hablar y decirlo claramente”, reclamó Bullrich. La exministra de
Seguridad de Mauricio Macri calificó como “heroico” el comportamiento de
las tres Fuerzas Armadas –sin hacerse eco de las denuncias sobre las
torturas a su propia tropa que estaba famélica– y prometió: “Vamos a
trabajar para que todas estas injusticias se puedan solucionar”. Por si
quedaban dudas, los veteranos difundieron por WhatsApp el video diciendo
que Bullrich había hablado de quienes estaban presos por delitos de
lesa humanidad. No hay militares detenidos por las torturas en Malvinas y
la causa está prácticamente paralizada a la espera de un fallo de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, ya que para la Cámara Federal de
Casación Penal esos delitos no pueden calificarse como de lesa
humanidad y, por lo tanto, ya prescribieron. En esa causa, el Ministerio
Público Fiscal imputó a 78 personas. Once de ellas ya fallecieron.
Cuatro llegaron a ser procesadas por la jueza federal de Río Grande
Mariel Borruto. Un quinto fue indagado, pero no se resolvió su situación
procesal. Mientras se espera que la Corte resuelva qué hacer con las
torturas en Malvinas, la Procuración de Crímenes contra la Humanidad
(PCCH), que dirige la fiscal Ángeles Ramos, continúa recolectando
testimonios de conscriptos que fueron víctimas. De esas declaraciones
pueden surgir nuevas imputaciones.
Un guiño para los represores
Para
Ernesto Alonso, referente del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas
(CECIM)- La Plata, Bullrich hizo una reivindicación de los represores de
la última dictadura. “Hay sectores políticos que reivindican no solo a
aquellos que cometieron torturas en Malvinas sino también a quienes lo
hicieron en los centros clandestinos. Entre quienes definen como
‘veteranos’ de la Guerra de Malvinas hay de todo: torturadores,
apropiadores y pilotos de los vuelos de la muerte. Pasar por Malvinas no
implica no rendir cuentas. No puede haber un doble estándar: no se
puede ser héroe y represor”, le dijo a este diario.
Para el
secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti,
la promesa de revisar las “injusticias” es una provocación. “No hay nada
que corregir en lo que fueron las condenas por crímenes de lesa
humanidad que hacen a Argentina un ejemplo en el mundo. Quien tortura,
quien viola y quien lleva adelante un genocidio no puede ser un héroe de
guerra”, contestó Pietragalla Corti a Página/12 mientras se encuentra
de viaje oficial por México.
“Si se siguiera la teoría de Bullrich,
Alfredo Astiz debería estar libre. Es una irresponsabilidad muy grande y
lo que se lee es que está justificando algún tipo de amnistía para
quienes fueron a Malvinas”, añadió Pietragalla Corti.
Astiz, Acosta y compañía
De
hecho, el CECIM La Plata detectó en 2020 más de 80 casos de represores
que, en algún momento, percibieron una pensión honorífica por haber
estado en Malvinas. Astiz –condenado, entre otros casos, por haberse
infiltrado en el movimiento de familiares de desaparecidos para
secuestrar a tres integrantes de Madres de Plaza de Mayo y a las monjas
francesas– no es el único “ilustre” integrante del grupo de tareas de la
Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) que integra la nómina. Entre
otros están Jorge Acosta –conocido como “Tigre” y exjefe de inteligencia
del grupo de tareas 3.3.2 --, Antonio Pernías, Juan Carlos Rolón o
Miguel García Velazco.
César Amadeo Fragni –condenado por haber
secuestrado a Floreal “Negrito” Avellaneda con su mamá para que fuera
torturado hasta su muerte– es otro de los que son parte del listado que
confeccionó el CECIM. También está Guillermo Domínguez Matheu, uno de
los represores que está actualmente siendo juzgado en el Juicio de las
Brigadas y a quien la Cámara de Casación benefició la semana pasada con
la prisión domiciliaria. Otro de los que estuvieron en Malvinas fue el
exoficial de inteligencia Carlos del Señor Hidalgo Garzón, fallecido el
año pasado pero que fue condenado por su actuación en el centro
clandestino conocido como La Cacha y por haberse apropiado de la hija de
dos de sus víctimas.
“Bullrich intenta poner de vuelta en agenda
cuestiones que ya la mayoría de la sociedad tiene resueltas como el
juzgamiento a los responsables por delitos de lesa humanidad”, afirma,
por su parte, Matías Moreno, subsecretario de Derechos Humanos
bonaerense. “Bullrich necesita sobreactuar para fidelizar un voto que
imagina que tiene y, en esta lógica, se inscribe también la canción
sobre un ‘país sin Cristina’ y esta impugnación a los procesos
judiciales que han avanzado y en donde se ha comprobado que muchos de
quienes estuvieron en la guerra de Malvinas estuvieron involucrados en
delitos de lesa humanidad”.
Mañana se cumplen seis años del día en el
que Santiago Maldonado fue visto con vida por última vez. Aún su
familia no sabe qué pasó con él durante los 78 días que estuvo
desaparecido ni cómo ni cuándo murió y sigue reclamando por verdad y
justicia.