Magnicidio en Ecuador a doce días de las elecciones
Asesinaron al candidato presidencial Fernando Villavicencio. Lo balearon en la cabeza en Quito al salir de un acto de campaña. Había hecho denuncias anticorrupción y contra el narcotráfico. El periodista y candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, de 59 años, fue asesinado este miércoles, informó el mandatario Guillermo Lasso, agregando que "el crimen organizado ha llegado muy lejos". El diario El Universo señaló que Villavicencio fue asesinado "al estilo sicariato y con tres tiros en la cabeza". Villavicencio, del movimiento de centro Construye, murió al ser atacado a balazos cuando abandonaba un acto en el norte de Quito después de encabezar un mitin de campaña.
"Indignado y consternado por el asesinato del candidato presidencial
Fernando Villavicencio. Mi solidaridad y mis condolencias con su esposa y
sus hijas", expresó Lasso a través de la red social X, antes Twitter.
El
presidente agregó que "por su memoria y por su lucha, les aseguro que
este crimen no va a quedar impune" y que "el crimen organizado ha
llegado muy lejos, pero les va a caer todo el peso de la ley".
Villavicencio era uno de los ocho candidatos presidenciales para las
elecciones generales anticipadas que se realizarán el 20 de agosto. Este
periodista y exmiembro de la Asamblea Nacional disuelta en mayo por
Lasso, aparecía segundo en la intención de voto con 13,2%, detrás de la
abogada Luisa González (26,6%) afín al exmandatario socialista Rafael
Correa (2007-2017), según la más reciente encuesta de Cedatos. Lasso
convocó a la sede presidencial al gabinete de Seguridad, así como a los
titulares de organismos estatales como la máxima Corte Nacional de
Justicia para "tratar este hecho que ha consternado al país". El repudio
de los otros candidatos . Los candidatos a la Presidencia de Ecuador en
las próximas elecciones generales extraordinarias del próximo 20 de
agosto manifestaron su consternación e indignación por el asesinato de
su rival Fernando Villavicencio.
A los pocos minutos de confirmarse
el deceso, los otros siete candidatos presidenciales expresaron su
pésame y solidaridad con los seres queridos del asesinado. El
exvicepresidente Otto Sonnenholzner expresó su "más sentido pésame y
profunda solidaridad" y deseó "que Dios lo guarde en su gloria".
Luisa
González, candidata de la Revolución Ciudadana, el partido que lidera
el expresidente Rafael Correa (2007-2017), indicó que recibió "con
indignación, impotencia y profunda tristeza la terrible noticia del
atentado que produjo el fallecimiento de Fernando Villavicencio". "Mi
abrazo solidario a toda su familia y coidearios. ¡Este vil acto no
quedará en la impunidad!", afirmó González sobre Villavicencio, que se
había consolidado como uno de los principales detractores del
expresidente Correa con acusaciones de corrupción que involucraban a su
administración.
El también candidato de izquierdista y ambientalista
Yaku Pérez se mostró "consternado por el trágico y condenable asesinato
de Fernando Villavicencio". "Mi más sentido pésame a su familia y seres
queridos. Este hecho no quedará en la impunidad, Ecuador no merece una
muerte más, es momento de unirnos y recuperar la paz", apuntó Pérez.
El
candidato, que como otros postulantes tenía resguardo policial, había
denunciado en días anteriores amenazas de muerte en su contra. El
asesinato de Villavicencio deja manchada más de sangre una campaña
electoral donde la crisis de seguridad copaba prácticamente el debate
político y las propuestas de los candidatos.
En semanas anteriores
también fueron asesinados de manera similar el alcalde de Manta, Agustín
Intriago, y un candidato a asambleísta por la norteña provincia de
Esmeraldas.
Violencia in crescendo
Ecuador vive desde hace algo
más de dos años la peor crisis de seguridad y violencia del crimen
organizado de su historia que lo llevó a cerrar 2022 con la mayor tasa
de muertes violentas de su historia, al registrar 25,32 por cada 100.000
habitantes. La gran mayoría de estos homicidios intencionales están
asociados, según el Gobierno, al crimen organizado y al narcotráfico,
que ha ganado fuerza en la costa y ha convertido a los puertos
ecuatorianos en grandes trampolines para la cocaína que llega a Europa y
Norteamérica.