Destruir el Estado y empobrecer a la sociedad
Destruir el Estado y empobrecer a la sociedad parece ser el lema de La Libertad Avanza. Los pelotazos en contra de Milei durante su primer mes en el gobierno. Peleas internas, un megadecreto que se salta el Congreso, fallos en contra, un reto de la ONU, el paro, movilización de la CGT y la tensión con la familia militar: la hoja de ruta del libertario en sus 30 días en la Rosada.Por Luciana Bertoia y Felipe Yapur “Los partidos tienen 90 minutos, no terminan hasta el pitazo final”. La frase futbolera la dijo el presidente Javier Milei en un intento por justificar "el gol" en contra que bien puede significar la cautelar dictada por la justicia que suspende la reforma laboral que promueve el DNU 70/23. En esa línea, por así decirlo, de pensamiento, se podría afirmar que en estos 30 días de gobierno o en estos 43.200 minutos que el Presidente y su equipo van jugando, la valla ha sido vencida en varias oportunidades. Algunos pueden ser --como dicen los comentaristas deportivos-- errores no forzados fruto de los yerros de un equipo que carece de coordinación tanto para el ataque pero sobre todo para la defensa.
Milei buscó aprovechar al máximo los primeros días para avanzar en sus
"reformas" y no confiarse en los tradicionales 100 días de luna de miel
que dicen que goza un nuevo gobierno. El punto fue que su pretendida
guerra relámpago contra el agobio estatista sobre la sociedad y las
empresas, terminó por mostrar que en su gobierno predomina la
improvisación antes una que una estrategia planificada.
En minoría y
rompiento puentes. La Libertad Avanza (LLA) tiene 38 diputados propios y
siete senadores. Poco y nada para manejar el Congreso. Lejos de haber
intentado una política de seducción con legisladores de otros bloques,
Milei se arrojó a acusarlos de coimeros por la decisión de debatir los
proyectos de ley. El domingo también dijo que él no tenía nada para
negociar. Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados y quien
tiene que buscar los consensos, salió tratar de enmendar la bravuconada
de su jefe y decir que, en realidad, el Presidente no negocia el rumbo
pero sí está abierto al trabajo y al "diálogo" parlamentario.
Este
martes, el que tiró más nafta al fuego fue el vocero Manuel Adorni, que
dijo que la suba del dólar blue es una “muestra gratis” de lo que pasará
si no se aprueban las leyes en el Congreso.
La pelea con Villarruel
Milei
arrancó la gestión enemistado con su vicepresidenta, Victoria
Villarruel, a quien le achaca alguna deslealtad a partir de haber
gestionado a solas una reunión con Mauricio Macri. Los rumores sobre los
encuentros entre la vice –que suele ser más entusiasta a la hora de
defender los golpes de Estado que los 40 años de democracia– y Macri
volvieron con fuerza durante el fin de semana. Sin embargo, en el
entorno del líder del PRO confirman que hay diálogo, pero que la última
vez que conversaron fue cerca de un mes atrás. La fecha coincide con la
asunción de Milei, cuando él ni siquiera le guardó a su número dos un
asiento para escuchar su discurso inaugural.
Villarruel buscó mostrar
músculo para la negociación en el Senado y un afán por cercar al
peronismo. Se anotó una primera victoria al poder correr al formoseño
Francisco Paoltroni del rol que le había elegido Milei como presidente
provisional del Senado –y, por ende, tercero en la sucesión–. Colocó en
su lugar al puntano Bartolomé Abdala –que supo recorrer todo el arco
político, desde ser funcionario de los Rodríguez Saá hasta un salto al
PRO–. El otro triunfo de Villarruel fue conseguir una mayoría
circunstancial para desconocer la mayoría que el peronismo tiene en el
Senado a la hora de repartir los asientos en las comisiones. Pese a eso,
Villarruel perdió en una jugada que parecía fácil: conseguir dictamen
para tratar la Boleta Única de Papel (BUP), que ya tiene la aprobación
de la Cámara de Diputados.
El plan motosierra
El 12 de diciembre y
tras varias idas y vueltas sobre la hora de la transmisión, el flamante
ministro de Economía, Luis Caputo, anunció el plan motosierra con el
que pretende terminar con la inflación, reducir el Estado y liberar de
una vez y para siempre la economía. En esa línea anunció la devaluación
de casi 120 por ciento del peso argentino respecto del dólar. Esto
provocó no sólo una feroz pérdida del poder adquisitivo de los salarios
sino una rápida elevación de los precios que, sin control estatal, crece
de manera desmesurada y, por ahora, sin techo.
La tensión con los gobernadores
El
vínculo con los mandatarios provinciales arrancó tenso. Algunos de
ellos denuncian que Milei condiciona la llegada de recursos al apoyo que
puedan prestarle en el Congreso. Sin embargo, una de las tantas medidas
incorporadas dentro de la ley ómnibus que Milei envió para ser tratada
en el Parlamento despertó la ira de los gobernadores de la Patagonia:
los cambios en la actividad pesquera. La medida provocó la conformación
de un grupo variopinto, integrado por Alberto Weretilneck (Río Negro),
Rolando Figueroa (Neuquén), Ignacio Torres (Chubut), Claudio Vidal
(Santa Cruz) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego), que le arrancó un
compromiso de cambio al ministro del Interior, Guillermo Francos.
Decretazo y ajuste
Diez
días después de asumir, Milei anunció que había firmado un Decreto de
Necesidad y Urgencia (DNU) que iba a sentar las nuevas bases para la
economía argentina. En la práctica el DNU, regula a favor de los grandes
grupos económicos y empeora la vida de millones de argentinos que
tienen que alquilar, comprar comida o remedios, buscar trabajo o
intentar mantener una prepaga.
En una entrevista en TN, el ministro
de Justicia Mariano Cúneo Libarona celebró que haya menos de 100 amparos
presentados contra el DNU. La Cámara Nacional del Trabajo frenó la
semana pasada la aplicación de la reforma laboral que estaba incorporada
en el capítulo IV del megadecreto. El procurador del Tesoro, Rodolfo
Barra, salió rápido a decir que en una semana tenía revocada esa
cautelar. Sin embargo, hasta ahora, no logró tampoco que le saliera su
jugada magistral: concentrar todos los cuestionamientos en el fuero
contencioso-administrativo, que son los tribunales que él conoce mejor.
Uno
de los datos que destacaban desde la CGT –que fue la primera
organización en lograr ponerle un freno al DNU– fue que uno de los
jueces que resolvió –y hasta citó a Juan Bautista Alberdi para hablar
del poder despótico– fue José Alejandro Sudera, integrante de la lista
bordó de la Asociación de Magistrados. La bordó es la agrupación más
conservadora, insospechada de tener simpatías con el kirchnerismo o la
izquierda. Lo que pasó también es que en la Asociación de Magistrados se
registró otro malestar por una jugada del gobierno: en la ley ómnibus
incluyó el traspaso de la justicia nacional a la Ciudad de Buenos Aires.
Paro y movilización
Una
vez que Milei anunció el DNU, las organizaciones sindicales y sociales
comenzaron a debatir internamente cómo resistir y, sobre todo, anular el
decreto que termina con la estructura legal que sostiene la economía,
la protección social, el trabajo, la educación y la salud pública. El
recurso fue adoptado de inmediato por un cuerpo de abogados que
responden a la CGT. Otro tanto hicieron las dos CTA.
Sin embargo,
fue la CGT la que decidió avanzar sobre medidas de acción directa de
corte nacional al aprobar un plan de lucha que incluye el paro y una
movilización hacia el Congreso el próximo 24 de enero. Fue así que Milei
se convirtió en el primer presidente en afrontar un paro nacional que
se concretará 44 días después de asumir el gobierno. Todo indica que la
movilización será largamente multitudinaria y, si se suman los
cacerolazos de la clase media que van creciendo de a poco, este gol en
contra puede valer algo más que uno.
Un reto de la ONU
Patricia
Bullrich logró concentrar gran parte de la atención mediática con el
anuncio de un protocolo de actuación para las fuerzas de seguridad para
impedir las manifestaciones sociales que corten calles. La resolución
ministerial provocó que centenares de organizaciones sociales,
sindicales y de derechos humanos hicieran presentaciones ante organismos
de las Naciones Unidas y el sistema interamericano de derechos humanos.
La estrategia fue coordinada por el Centro de Estudios Legales y
Sociales (CELS).
Tan solo un día después de que la resolución de
Bullrich apareciera publicada en el Boletín Oficial, el relator especial
de la ONU para la libertad de reunión pacífica y asociación, Clement
Nyaletsossi Voule, advirtió en redes sociales: “Estoy recibiendo
informes muy preocupantes sobre un anuncio presidencial que criminaliza
la protesta pacífica y otorga poder ilimitado a las fuerzas del orden
para el uso de la fuerza. Silenciar voces disidentes no es la respuesta
para resolver las crisis sociales”.
Puesto en marcha el 20 y el
27 de diciembre, no logró frenar las manifestaciones. Tendrá su
verdadera prueba de fuego el 24 de enero con la movilización convocada
por la CGT, las dos CTA, los movimientos sociales y la izquierda contra
el DNU de Milei. Lo cierto es que el frente internacional de derechos
humanos ya está abierto para el gobierno de LLA.
La familia militar enojada
Milei
y Villarruel llegaron al gobierno con el aval de la familia militar,
pero paradójicamente hicieron méritos para defraudarla. El Presidente
logró generar una tensión insólita en las filas castrenses para designar
a Carlos Alberto Presti al frente del Ejército. El ascenso de Presti
–hijo de Roque Presti, quien fue el jefe del Regimiento 7 de La Plata y
responsable del Área 113 y de sus centros clandestinos– significó una
purga de 22 generales, un número sólo superado por el corrimiento que
debió propiciar Raúl Alfonsín tras el fin de la dictadura. El Ejército y
la Armada también se vieron corridos del Estado Mayor Conjunto, que
estará a cargo de la Fuerza Aérea. El titiritero detrás de esas
decisiones sería el exbrigadier Jorge Antelo, número dos de Nicolás
Posse en la Jefatura de Gabinete.
Hay otra fracción de la familia
militar que está enojado con Milei y Villarruel: son los familiares y
amigos de los represores presos. La activista pro-impunidad Cecilia
Pando reconoció que hubo contactos con el entorno de Milei y con
Villarruel para pedirles por la libertad de los militares que están en
las cárceles. La semana pasada, Pando había sido una de las firmantes de
una carta en la que se le reclamaba al gobierno que cumpliera con su
promesa. Cumplir con esa promesa –si efectivamente existe– será difícil.