Ataque israelí en Damasco, Siria.
Peligro de guerra mundial. El Líbano, Siria e Irán, los nuevos escenarios bélicos. Crecen los temores a una ampliación de las guerras en el Oriente Medio tras el ataque israelí en Damasco que causó la muerte de cuatro militares iraníes, entre ellos el comandante de la Fuerza Quds. La UE y EE UU presionan para la creación del Estado Palestino. Por: Alberto López Girondo. La industria bélica se relame al tiempo que en Medio Oriente crecen las provocaciones, las amenazas y las fronteras se hacen cada vez más difusas si la excusa es emprender operaciones catalogadas como antiterroristas. Así, este sábado se informó que Israel bombardeó un edificio en Damasco y mató a cuatro oficiales iraníes, entre ellos el comandante de inteligencia de la Fuerza Quds, alistado como asesor del gobierno de Siria.
Mientras tanto, Irán y Pakistán anunciaron un acuerdo para desescalar
un enfrentamiento entre ambas naciones luego de ataques mutuos a bases
de grupos considerados insurgentes del otro lado de los límites comunes y
que hicieron temer un conflicto de alto alcance. A todo esto, fuerzas
de Estados Unidos y el Reino Unido volvieron a bombardear posiciones de
los hutíes en Yemen sin respaldo de las organizaciones internacionales y
en represalia por la destrucción de un petrolero en el golfo de Adén.
El
Mar Rojo permanece literalmente bloqueado por la ofensiva de las
milicias que controlan la mayor parte de Yemen y que se impusieron como
objetivo evitar el tráfico de buques hacia Israel como modo de presión
para que el gobierno de Benjamin Netanyahu termine con las matanzas en
Gaza, que ya provocaron la muerte de unas 24.000 personas, la mayoría de
ellas mujeres y niños. Algo que se debate en la Corte Penal de La Haya
como genocidio ante un pedido en tal sentido de Sudáfrica. Como frutilla
de este dramático postre, el alto representante para la Política
Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, acusó a Israel de haber
financiado históricamente al movimiento islamista Hamás como estrategia
para limar la credibilidad de la Autoridad Nacional Palestina.
Se
trata de una declaración de fuerte impacto porque esa certeza siempre
fue ninguneada por los distintos gobiernos occidentales, que la
imputaron de ser una teoría conspirativa sin ningún asidero. Las
palabras de Borrell se inscriben en renovadas presiones tanto de la UE
como de la administración de Joe Biden para que Israel encarrille sus
políticas regionales hacia la solución de los dos Estados. Algo que a
estas horas encuentra el rechazo enconado de Netanyahu, quien afirmó que
la conformación de un Estado Palestino “perjudica la seguridad de
Israel”. El premier derechista agregó que ese país “debe mantener el
control de la seguridad sobre todo el territorio al oeste del río
Jordán”.
Israel plantea, además, que se debe alcanzar un acuerdo
definitivo en la frontera con El Líbano para que las autoridades
libanesas expulsen de esas zonas a las milicias de Hezbollah. Caso
contrario, amenaza con intensificar los ataques contra posiciones de ese
grupo, que tiene apoyo iraní. La Casa Blanca teme que Netanyahu
embarque a Estados Unidos en un conflicto de mayor alcance contra Irán,
que estas semanas consolidó una amplia alianza con Rusia. Pero no hace
mucho por bajar un cambio. El bombardeo israelí en la capital Siria, a
pocos días de haberse cumplido cuatro años del asesinato del general
Qasem Soleimani en Irak, resulta otra provocación para el gobierno de la
República Islámica de Irán.
El 3 de enero del 2020, Soleimani, un
prestigioso estratega que comandaba los Cuerpos de la Guardia
Revolucionaria (Quds) fue eliminado por un dron estadounidense mediante
una orden de la que oportunamente se jactó el entonces presidente Donald
Trump. Ahora, fueron fuerzas israelíes las que atacaron un edificio en
el barrio de Mezzeh, en Damasco, en el que murieron cuatro asesores
militares iraníes de Quds, entre ellos el general Haj Sadiq, y un civil.
Las
recientes operaciones en esas regiones calientes del globo parecen
coordinadas en el marco del nuevo reparto del poder mundial. En agosto
pasado, en la reunión de los países Brics de Johannesburgo, se acordó
una ampliación de los miembros que incluyó a Argentina –como se sabe,
rechazada por la gestión Milei- pero también a Arabia Saudita, Irán,
Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía. Unas semanas más tarde, en la
cumbre del G20 de Nueva Delhi, Biden anunció el Corredor Económico
India-Medio Oriente-Europa -un competidor de la Ruta de la Seda que
viene implementando China- que va desde el puerto de Mumbai por mar
hasta Dubai, de allí por tierra a Haifa, y mediante otro cruce marítimo,
al Pireo, en Grecia.
Geopolíticamente, ese corredor evitaría el mar
Rojo y el canal de Suez, en Egipto. Los Brics, como se los conoce ahora,
con diez integrantes desde el 1 de enero, tienen el control del
estrecho de Ormuz y de Bab el Mandeb y, además, son productores de más
del 70% del petróleo mundial. Es cierto que esa ruta occidental pasaría
por dos países Brics –India y Arabia Saudita- pero se trata de un
proyecto aún en pañales y que dependerá en gran medida de las elecciones
de noviembre de este año en Estados Unidos. Hay que ver qué ocurriría
si Trump vuelve al poder. En todo caso, Estados Unidos y su consanguíneo
Reino Unido –por ahora único aliado en este lío- tienen mucho trabajo
con los hutíes, un hueso bien difícil de roer. Por las dudas, preparan
con la Otán los mayores ejércitos militares en Europa, llamados
Steadfast Defender 24, con 90.000 soldados desplegados hasta las narices
de la frontera rusa.
Bombardeo a un centro de reclutamiento en
Jarkov. Con el telón de fondo de la guerra en Gaza y la operación
angloestadounidense contra los hutíes en Yemen, la situación en Ucrania
pasó a un segundo plano que preocupa al gobierno de Volodimir Zelenski,
que no encuentra ya las faltriqueras abiertas para seguir quemando
armamento en esas regiones. Joe Biden se topa en Washington con la
oposición legislativa a un nuevo paquete de 60 mil millones de dólares,
básicamente porque en tiempos electorales, propios y ajenos cuentan
“cuánto garpa” cualquier decisión política. Y esa guerra ya no tiene sex
appeal para el votante medio de EEUU.
En el campo de batalla, ese es
otro dato, Kiev no puede mostrar ningún éxito, los rusos se consolidan
en el sureste del país y hay quienes apuestan a cuánto durará Zelenski
en el poder sin apoyo externo, por ahora limitado solo a la UE, y
también a cuentagotas. Cada vez más medios occidentales del ramo de los
“serios y respetables”, o sea del establishment, como Washington Post,
New York Times y The Guardian, le cuentan las horas al excomediante.
Esta
semana, en tanto, hubo un incidente relacionado con mercenarios
franceses que murieron en un ataque ruso a un centro de reclutamiento en
Járkov. La oficina del canciller Sergei Lavrov llamó al embajador galo
en Moscú para pedir explicaciones. Desde París patearon la pelota afuera
y anunciaron el envío de misiles de largo alcance a Ucrania. Como es de
rigor, el Elíseo negó tener mercenarios galos en ese campo de batalla,
dijo que «no hacen como otros», en referencia al grupo Wagner, y deslizó
que nada pueden hacer contra ciudadanos que deciden ir a pelear como
particulares.