Misiones: el estallido social
Misiones: el estallido social que pone en duda un poder verticalista de más de 20 años. El Frente Renovador de la Concordia anuló otros partidos políticos en la provincia. La situación de poda de Milei agravó el proceso. La situación en Misiones, como en otras provincias, es caótica por el hachazo que les propinó Milei. El estallido social en Misiones, que lleva su octavo día, tuvo picos de tensión con el intento de tomar la Legislatura provincial y la manifestación en la casa del gobernador Hugo Passalacqua. Pero la escalada pone de manifiesto los límites de un sistema de poder político verticalista y sin márgenes de disidencia. El Frente Renovador de la Concordia gobierna Misiones desde el 2003. Fue una creación de Carlos Rovira, quien había llegado al Poder Ejecutivo provincial cuatro años, bajo el Partido Justicialista. Al calor de la postcrisis 2001, rompió con el PJ y buscó el modelo provincial de integración de todos los partidos en un gran frente, bajo su conducción.
Así, licuó toda disidencia política para amurallar los límites del
distrito y convertirlo en una fortaleza. La estrategia resultó una
aplanadora electoral, que a la luz de estos días debe ser tamizada: con
peronistas, radicales, liberales y dirigentes de izquierda dentro del
Frente Renovador, no quedaba contrincantes reales. Rovira se posicionó,
además, como el enlace con el Gobierno nacional de turno, en una lógica
de los provincialismos, inaugurada por el MPN neuquino, que se acogen a
la máxima de “muerto el Rey, viva el Rey”.
Aunque se fueron
sucediendo otros gobernadores, como el actual Passalaqua, Oscar Herrera
Ahuad o Maurice Closs, Rovira manejó y sigue manejando los hilos del
poder político provincial desde cargos como, por ejemplo, el que ostenta
ahora: titular de la Cámara de Diputados de Misiones.
Sin embargo,
lo 20 años de control se desmoronaron la semana pasada, y hoy se cumple
la octava jornada de protestas. Impensadas. Como en tantas otras
revueltas, la chispa puede encenderse por cualquier motivo e ir
escalando. En este caso, un reclamo salarial de los policías, que se
amotinaron en Posadas, animó a salir a la calle a docentes, empleados de
la salud y hasta guardaparques, claves en una provincia que tiene en el
turismo uno de sus principales activos. El desgaste del poder
concentrado se hizo evidente, a lo que se suman dos factores: la crisis
nacional de desfinanciamiento a las provincias generada por Javier Milei
y un cambio de época, que en 2023 hizo caer al padre de los
provincialismos como el MPN tras seis décadas en el poder o tiró abajo
la dinastía de los Rodríguez Saá en San Luis.
La situación en
Misiones, como en otras provincias, es caótica por el hachazo que les
propinó Milei: quita de subsidios al transporte, fin del Fondo de
Incentivo Docente, transferencias discrecionales cero, paralización de
la obra pública y baja de coparticipación. Para colmo, la recaudación
local se fue a pique también por la recesión económica. Un combo que no
afecta solo a Misiones, sino que es parte del paisaje de todo el país.
Pero
en Misiones había cosas atadas con alambre. “Nosotros no vamos a tener
el problema ese porque un policía acá pasó a ganar más de 700 mil, y en
Misiones estaban en poco más de $400 mil”, explicaban a este medio desde
una provincia, que no es justamente de las más ricas de la Argentina.
En la provincia, además, rige un esquema impositivo más asfixiante para
comercios y empleados que en otros distritos.
Sin embargo, pese a la
delicada situación económica, Rovira se abrazó a La Libertad Avanza y
hoy es mirado por sus pares: alinearse al gobierno en estas condiciones
puede no ser un buen negocio si desde Nación no extienden una mano (o un
cheque) en situaciones límites. Y en ese sentido, el resto de los
mandatarios también observa con lupa, en momentos donde pesan las
lealtades para intentar avanzar con la Ley Bases.
El temor de Rovira a
perder la provincia lo hizo cometer una torpeza. Javier Milei, vía
Guillermo Francos, le hizo un pase de magia. Le ofreció algo que no
tenía y se llevó una retribución a cambio. La Libertad Avanza le
garantizó lo mismo que otros oficialismos: no competir en el distrito
para que el Frente Renovador caminara solo en las urnas en 2025, pero a
diferencia de, por ejemplo, el PJ o la UCR, LLA no tiene un armado
territorial que retirar de la cancha. Se verá en un mes, el 23 de junio,
en la primera elección de la era Milei, en Río Cuarto: LLA no compite,
no tuvo con qué, y en la foto de ese domingo no se verá derrotado.
Con
la promesa de no saltar las murallas de Misiones, pese a no tener
soldados, Rovira abrazó la Ley Bases en diputados, y en el Senado el
oficialismo nacional contaba a los votos misioneros como propios. Resta
ver si la revuelta y los ánimos desarmarán alianzas que se tejieron,
acaso, demasiado pronto.