Pettovello incumplió la orden judicial
Tenían hasta este viernes para presentar un plan de distribución. Pettovello incumplió la orden judicial de entregar alimentos a comedores. El juez Sebastián Casanello notificó que la ministra de Capital Humano no presentó una estrategia para hacer que los 5,9 millones de kilos de productos lleguen a quienes más lo necesitan. La orden del magistrado es que se reparta toda la comida, no solo aquella que está por vencerse. Por Irina Hauser. Mientras un coro de funcionarios, incluido el presidente Javier Milei, salía a respaldar a la ministra Sandra Pettovello que lleva casi seis meses sin entregar alimentos a los comedores y merenderos comunitarios, el juez Sebastián Casanello le informó a la Cámara Federal que el Ministerio de Capital Humano incumplió su orden de presentar "un plan de distribución" de los 5,9 millones de kilos de productos que están "almacenados" en los galpones de Villa Martelli y Tucumán "en atención a su tipo, cantidad, fecha de vencimiento y grupo de destino", según precisa la notificación.
El magistrado le había dado un plazo de 72 horas, que se vencieron ayer
viernes por la mañana. La única documentación presentada es la que
contiene el listado de toda la mercadería, su fecha de adquisición y de
vencimiento, lo que reveló la existencia de 339.867 kilos de leche en
polvo que vencen en julio, además de 40 kilos de arroz con hortalizas
vencidos en febrero, entre otras cosas.
¿Qué reparto?
Capital
Humano había anunciado en un comunicado que "se pone en marcha un
protocolo para la entrega inmediata de los alimentos de próximo
vencimiento por medio del Ejército Argentino para garantizar una
logística rápida y eficiente". Esto fue lo que hizo publicitar
Pettovello para calmar las aguas, mientras buscaba estrategias para
enfocar culpas en un grupo de funcionarios, encabezados por Pablo de la
Torre, devenido ahora exsecretario de Niñez, Adolescencia y Familia. La
realidad es que en tribunales, donde debe rendir cuentas por cortar la
distribución de alimentos a organizaciones sociales y por el cargamento
que tiene guardado desde que asumió el gobierno libertario, no presentó
ningún documento que explique cómo hará el reparto. De acuerdo a la
orden de Casanello no debe entregar solo la leche que está por vencer
sino todo lo que hay disponible, aunque lo haga en forma escalonada.
“Yo
no puedo alegrarme hasta que se cumpla el objetivo. La verdad es que el
fallo judicial es muy claro, ellos tenían que presentar un plan de
entrega y no lo hicieron. El Ejército puede hacer la logística, pero
después la leche hay que dársela a los chicos. No es tan fácil, tenés
que conocer", advirtió y ofreció su ayuda el dirigente Juan Grabois
(Argentina Humana), quien hizo en febrero la denuncia que dio origen a
la causa judicial que compromete a la gestión de Pettovello e impulsó un
amparo en el fuero contencioso. "Hay que mantener un flujo permanente
en los comedores porque un pibe que no come dos meses es un pibe que no
puede aprender y la comida es algo que no se discute", explicó. Con el
paso de las horas cuestionó: "Esta gente no entra en razón. No respeta
al ser humano ni a la ley. Siguen jugando con el hambre de la gente".
El
Gobierno, con el argumento de que lo que se discute no es un tema
judicializable, había apelado la resolución de Casanello, quien concedió
ese recurso y dejó en claro que la medida ordenada no se suspendía. La
Sala II de la Cámara Federal convocó a una audiencia para el miércoles
que viene. Por eso, el juez le informó a ese tribunal el incumplimiento,
mientras evalúa otras medidas y una declaración lisa y llana de
desobediencia. El oficio dice textual: "No se ha dado cumplimiento ni se
ha solicitado prórroga o suspensión respecto de la medida ordenada en
el punto "II" de la resolución del 27 de mayo del año en curso --la
presentación de un 'plan de distribución de (los) alimentos
(almacenados) en atención a su tipo, cantidad, fecha de vencimiento y
grupo de destino'-- por parte del Ministerio de Capital Humano, pese a
estar notificado y tras haberse vencido el plazo otorgado para su
presentación".
Esto puede complicar a Pettovello en el frente
judicial. La querella --que es la Asociación Civil El Amanecer de los
Cartoneros-- pidió que le apliquen a la ministra "astreintes", una
suerte de multa, por 300.000 pesos por cada día que desobedezca la orden
judicial. Un grupo de religiosos, entre ellos el cura en opción por los
pobres Francisco "Paco" Olveira reclama que la ministra renuncie.
El show
El
Gobierno tomó desde sus inicios la decisión de no repartir alimento a
los comedores en los barrios populares y optó por iniciar una campaña
para denostar pública y penalmente a los movimientos sociales que
sostienen esos espacios. No los quieren como intermediarios, dijeron
siempre, y les adjudicaron irregularidades e invocan "auditorías" de la
ministra Pettovello. Para explicar por qué no entregan comida a las
organizaciones fueron pasando por distintos "argumentos". Primero las
acusaron de usar "comedores fantasma" para aprovecharse. Más allá de ser
un dato tramposo y tergiversado ¿Por eso se deja a la gente con hambre
sin comer? Cuando Pettovello dijo "vengan de a uno" los que tienen
hambre, quedó a la vista que la estrategia es resquebrajar a los pobres y
desocupados organizados.
Cuando El Destape reveló --como resultado
de un pedido de acceso a la información pública-- que para colmo había 5
mil millones de kilos de alimento guardados, el discurso cambió: De la
Torre --que es hermano del senador bonaerense otrora bullrichista
Joaquín de la Torre-- dijo que era mercadería para emergencias y
catástrofes climáticas. El vocero presidencial Manuel Adorni se subió a
ese argumento pese a que había insistido que el punto eran las
auditorías reveladoras de la ministra. Los listados de productos
acopiados entregados a Casanello, dejan en claro que el stock para esos
casos excepcionales es otro. Después desde el Gobierno agregaron que los
alimentos comprados por el gobierno anterior eran de mala calidad y que
una gran cantidad era yerba. Hasta la ministra de Seguridad, Patricia
Bullrich se metió: "Capital Humano no se guarda nada, lo que hace es
impedir que se roben la comida", dijo.
El asunto escaló mucho más
cuando Grabois avisó en su cuenta de X que entre los casi 6 millones de
kilos de alimentos informados por Capital Humano en tribunales, había
leche 339.867 kilos de leche en polvo que vence en julio, harina de maíz
también cerca de caducar y arroz con hortalizas que ya se echaron a
perder. O sea, en el afán de retacear la comida, empezaron a dejar que
se pudra.
Frente a esto, el primero en caer fue De la Torre. Hasta el
flamante jefe de Gabinete, Guillermo Francos, habló del tema y explicó
por qué lo echaron. “Por lo que me contó la ministra --relató-- la
información que le habían brindado sobre estos alimentos en depósitos no
incluyó que algunos tenían vencimientos, como el caso de la leche en
polvo. Cuando se enteró de que había leche en polvo con vencimiento en
julio, Pettovello ordenó su inmediata distribución y tomó una medida con
el funcionario a cargo, que derivó en su renuncia”. Suponiendo que esto
fuera real, sería preocupante que con el revuelo que hay con este tema
la jefa de Capital Humano no sepa qué alimentos tiene guardados su
ministerio, cuando el índice de pobreza supera el 57% y más de 60% de
niños, niñas y adolescentes padece inseguridad alimentaria.
De la
Torre fue denunciado por el propio Ministerio ante la Oficina
Anticorrupción y también anunció una denuncia penal en su contra, pero
no por el problema del alimento sino por contratos a través de la
Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), una organización
internacional que suele hacer convenios para proyectos puntuales con
distintos países a través de los cuales se convoca a expertos en forma
externa (aunque sus temas habituales son educación, ciencia, cultura).
Las sospechas sobre el sistema fueron mostradas por La Nación y el
portal Data Clave. Este último detalló que se habría utilizado este
sistema para pagarle a personal del Ministerio, ya sea porque no se
concretaba su designación o a modo de sobresueldo. Son 18 las personas
que habrían facturado de ese modo honorarios hasta 1.400.000 pesos.
Quien
habría dado las precisiones es Federico Emanuel Fernández, director de
administración de la secretaría de Niñez, a quien se le inició un
sumario y habría tratado de dejar a salvo Pettovello. Otros funcionarios
habrían sido desplazados: Héctor Calvente, subsecretario de políticas
sociales, Esteban Bosch, director de emergencias, entre otros. Lo que
tampoco aparece en la denuncia es la delegación en la misma OEI y de la
licitación y compra de lentejas y aceite para los comedores y merenderos
por parte del actual gobierno, para lo cual se desembolsaron ya
6.772.500.000 pesos de las arcas del estado. Esto lleva la firma de la
ministra Pettovello. Como informó este diario, la OEI se lleva una
comisión del 5 por ciento y no tiene controles locales.
"La número uno"
"La
mejor ministra en el área social sin lugar a dudas desde el regreso de
la democracia...", exclamó por la mañana Milei para ratificar a
Pettovello que está en el ojo de la tormenta. Luego el vocero
presidencial, Manuel Adorni, se explayó con frases elogiosas.
“Claramente, la ministra Pettovello no solo no está en discusión para el
Presidente, sino que el Presidente no deja de ponerla en valor",
siguió. Como es habitual, coló sus críticas al gobierno anterior y
volvió a sugerir sospechas estigmatizantes sobre las organizaciones
sociales. La funcionaria, insistió el vocero, "es una número uno y lo
está dando todo en un Ministerio tan complicado y con tantas cosas que
no nos han gustado de lo que ha pasado en los últimos años en la
asistencia social, los comedores, los planes, cuestiones que no
funcionaban o estaban con cierta falta de transparencia. Está llevando
adelante un trabajo increíble para que la ayuda llegue y no haya nadie
en el medio que se apropie de lo que no es suyo”. El trabajo increíble
es que hasta ahora la seguridad alimentaria, función clave de Capital
Social, no llegó en medio año a quienes la necesitan y la comida
destinada a eso sigue guardada.