Los testimonios de los gendarmes sumaron varias contradicciones
Se investiga el grado de responsabilidad que le puede caber a la fuerza y a sus miembros.
Por: Cecilia Devanna-Perfil
El nuevo juez. Lleral se hizo cargo de la causa el 22 de septiembre e imprimió un rumbo distinto.
Foto:Cedoc Perfil
Y a esa fuerza volvió a apuntarle ayer al señalar, en la puerta de la
morgue: “Esto no quita que el responsable es Gendarmería lo cual
nosotros seguimos investigando”.
El resultado de la autopsia, que
continuaba realizándose al cierre de esta edición con la presencia de
los abogados y peritos de las partes junto a los médicos del Cuerpo
Médico Forense, se convertirá en el puntapié inicial para reconstruir
qué pasó con Santiago y el grado de responsabilidad que le puede caber a
la fuerza y a sus miembros.
Desde el inicio del caso,
Gendarmería negó la detención de Santiago, al tiempo que sumó
contradicciones que no hicieron más que ponerla bajo la lupa de los
investigadores y dejar abierta la posibilidad de que el juez decida
citarlos a indagatoria. Desde negar haber entrado con armas al
territorio y haber llegado hasta la orilla del río a admitir haberlo
hecho y haber disparado, fueron algunos de los puntos que se fueron
sumando a lo largo de estos casi tres meses de búsqueda.
A
mediados de septiembre, un mes y medio después de la desaparición,
declararon de forma testimonial varios gendarmes que participaron del
operativo. Entre ellos estuvo el cabo Darío Rafael Zoilán, del escuadrón
36 de Esquel, quien declaró que el día del desalojo, al llegar a la
pendiente donde empieza el río Chubut, hizo dos disparos al suelo y
aseguró que entonces todavía no había visto a dos miembros de la
comunidad mapuche que después divisó cruzando el río.
El mismo
día que él, también declaró el alférez Emmanuel Echazu, hasta hoy el
único imputado en la causa, luego de que él mismo se presentara de forma
espontánea, para ponerse a disposición en la causa con un abogado
defensor. Fue luego de que se conociera públicamente que la fiscal del
caso, Silvia Avila, había pedido peritar una imagen en la que se ve su
cara ensangrentada. La foto lo ubica a la vera del río, cuando en su
versión inicial aseguró había sido herido al costado de la ruta. “Hay
circunstancias que no se comparecen con sus dichos”, dijo entonces el
Defensor Oficial de Esquel, Fernando Machado en declaraciones a los
medios.
Poco después de comenzado el caso, Juan Pablo Escola,
jefe del Escuadrón 36 de Esquel, dio una entrevista al diario Clarín en
la que negó que hubiera habido efectivos con armas 9 mm, aquel 1º de
agosto en Cushamen. Su contundencia chocó con el testimonio, en sede
judicial, de dos conductores de camiones de la fuerza. Allí explicaron
que iban armados con ese calibre y que eso era posible por reglamento.
Los
testimonios de Zoilán o Echazu, entre otros, también lo dejaron en
jaque. Ambos relataron que estuvieron cerca de las aguas del Chubut,
donde el primero incluso disparó. “Quedamos a varios metros de la costa
del río, pensé que podían sorprendernos, no los veíamos. No alcanzamos
el río. Ordené el repliegue hasta la zona de la casilla, en la entrada
del predio”, había dicho Escola.