Funcionario de Modernización manejó una offshore con lotes millonarios
Un funcionario manejó una offshore con lotes millonarios en UruguayMartelli, segundo de Ibarra, dijo que cedió las acciones a su hermana; inconsistencias en la documentación -Iván Ruiz, Maia Jastreblansky Hugo Alconada Mon - La Nación
El actual secretario de Modernización, Eduardo Martelli, figuró como apoderado y dueño de una sociedad offshore radicada en Panamá, que controló propiedades en el balneario uruguayo de Punta del Este, según consta en documentos del año 2016, cuando ya se desempeñaba en el Gobierno.
Ladero del ministro Andrés Ibarra , Martelli obtuvo un amplio poder para administrar Cristina Finances SA en 2010. Por entonces, se desempeñaba como funcionario del gobierno porteño. Seis años después, el 6 de mayo de 2016, la sociedad offshore emitió el 100% de las acciones a su nombre cuando ya había sido nombrado secretario de Modernización Administrativa, según los nuevos documentos de Panamá Papers que analizó LA NACION, en una investigación impulsada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario Süddeutschen Zeitung.
Martelli afirmó que el único activo de Cristina Finances SA es una casa
de veraneo de unos 200 metros cuadrados en Punta del Este, producto de
una herencia. Pero la sociedad offshore panameña tuvo más terrenos en el
pasado: una escritura de 2005 revela que vendió seis lotes aledaños a
una constructora por una cifra millonaria en dólares, algo que Martelli
confirmó ante una nueva consulta periodística.
Según el funcionario,
él solo fue dueño de Cristina Finances "por un día" y debido a un error
administrativo, ya que el 7 de mayo de 2016 le cedió todas las acciones a
su hermana, Andrea. Por eso -añadió- no incluyó a la sociedad offshore
panameña en su declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción. "En el
reparto de bienes de la herencia, decidimos que mi hermana se quede con
la casa de Maldonado porque ella vive en Uruguay", dijo.
Para
sustentar su versión, el funcionario exhibió ante LA NACION un
certificado de acciones de Cristina Finances a nombre de Andrea
Martelli, con fecha del 7 de mayo de 2016. Es decir, 24 horas después de
haberse emitido el primer papel a su nombre. "Fue un error
administrativo sobre un bien heredado. No hay nada trucho", enfatizaron
cerca del funcionario.
Ese certificado, sin embargo, acumula
inconsistencias. Emitido a nombre de su hermana, fue firmado por alguien
llamado Guillermo Domínguez como presidente nominativo de la sociedad.
Pero según cotejó este medio en el Registro Público de Panamá, Domínguez
recién asumió en ese cargo el 13 de octubre de 2016. Es decir, cinco
meses después de la fecha de emisión de ese supuesto certificado.
¿Cómo
pudo Domínguez firmar un documento cinco meses antes de asumir? ¿Se
adulteró un documento? ¿Se antedató? Consultado una vez más, Martelli
replicó que pudo tratarse de una "fecha valor" y remitió la consulta a
un familiar que señaló que fue una "equivocación" que habría cometido el
estudio uruguayo Damiani, intermediario entre la familia Martelli y el
bufete panameño Mossack Fonseca.
El estudio Damiani realizó un largo
trámite burocrático, que demoró tres meses, para poner a nombre del
funcionario Eduardo Martelli las acciones de Cristina Finances. Los
trámites se complicaron cuando Mossack Fonseca detectó que Martelli
ocupaba un cargo público en la Argentina. En las decenas de mails
cruzados entre los panameños y el estudio uruguayo, Martelli siempre fue
señalado como el "BO", es decir, el beneficiario final de la sociedad.
El funcionario negó haber tenido ese rol.
El estudio Damiani envió a
Mossack Fonseca, el viernes 1° de abril de 2016, un correo electrónico
con el CV de Martelli, una copia de su pasaporte, un servicio público a
su nombre y una carta de referencia como cliente del banco ICBC. La
aprobación llegó el 6 de mayo, cuando se emitieron las acciones.
¿Cómo
logró Damiani que se apruebe una nueva emisión de acciones en apenas 24
horas, sin pedir documentación respaldatoria, a favor de la hermana de
Martelli? Más aún cuando el día que se emitió el nuevo certificado -con
la firma de Domínguez, que no podía firmar- fue sábado, 7 de mayo de
2016, cuando el Registro de Panamá estaba cerrado, como toda oficina
pública en ese país.
Cambio de acciones
Durante los meses que
siguieron, los estudios Damiani y Mossack Fonseca intercambiaron decenas
de mails. Pero en esos correos, Martelli siempre apareció consignado
como el único accionista de Cristina Finances, mientras que nunca
aludieron a su hermana, la supuesta dueña, que tampoco apareció en
ninguno del 1,2 millones de documentos que integran la nueva filtración
de Panamá Papers.
En esos correos electrónicos, además, Mossack
Fonseca preguntó "si en efecto Cristina Finances es accionista de una
sociedad en los Estados Unidos; ya que esta información consta en
registro. En caso afirmativo, favor proporcionarnos nombre de la misma y
a qué se dedica la empresa". Pero solo cosechó silencio desde Uruguay.
Consultado una vez más, Martelli lo negó.
El ingreso de Martelli a la
función pública data de 2008. Su casa de Punta Ballena, que aparece
bajo el control de la sociedad offshore Cristina Finances, no fue el
único activo que controló la firma offshore en Uruguay, según documentos
oficiales. En septiembre de 2005, Cristina Finances vendió los lotes
2733, 2737, 9646, 9640, 9090 y 12.684 del departamento de Maldonado a la
sociedad Safidal SA, que pagó una cifra millonaria y en dólares, acorde
a los valores del mercado inmobiliario en Punta del Este. La operación
se hizo parte al contado y el resto en cuotas por esos predios con vista
al mar.
Junto a Martelli indicaron que esa información era correcta.
Pero replicaron que esos lotes integraban el predio de la casa en Punta
Ballena. "La propiedad tenía terrenos a los dos lados de la ruta y se
decidió poner una parte de los lotes a la venta", indicaron, sin
precisar quién o quiénes recibieron esos millones de dólares ni quién o
quiénes tributaron por esos ingresos. Eduardo Martelli declaró $6
millones en su última declaración jurada pública, de 2016.
Con la colaboración de Guillermo Draper, Búsqueda (Uruguay)
Por: Iván Ruiz, Maia Jastreblansky y Hugo Alconada Mon