PERSONERÍA JURÍDICA MATRÍCULA 32264
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El G20 en la era de Antón Pirulero

http://arbia.com.ar/imagenes/putin_trump.jpgEl G20 en la era de Antón Pirulero
por Lic. Guillermo Moreno*por Dr. Claudio Comari*por Lic. Norberto Itzcovich*
La Federación Rusa pasa a ser ganadora en temas energéticos    

Las calles de la Ciudad de Buenos Aires cortadas, multitudes que se desplazan de un lado a otro. Miles de personas llegadas de distintos lugares se juntan en los lobbies de los hoteles, comentan, se dirigen hacia donde se realizará el evento. Se ven autos y motos de la policía, la gendarmería y otras fuerzas de seguridad por doquier.
No, no estamos hablando del encuentro más relevante del G201, la Cumbre de Jefes de Estado, que se desarrolló la semana pasada en Buenos Aires, sino de los preparativos para la frustrada revancha del River- Boca.

Sin embargo, el final es el mismo para ambos acontecimientos. Ninguno de los dos tuvo resultado alguno.

El último intento por salvar la globalización
Con la desintegración de la Unión Soviética no sólo se resuelve la Guerra Fría, sino que emerge y se consolida la "globalización"2.
Este esquema, que llegó a ser catalogado como el "fin de la historia"3 por su vigor inicial, al ingresar al siglo XXI, mostró serios síntomas de agotamiento, hasta el estallido de la crisis financiera internacional de 2008.
Ello dio lugar al surgimiento de la "Cumbre de líderes del G20", constituyéndose en el último intento, no exento de dificultades, de salvataje del orden globalizador frente a los obstáculos que ya se venían manifestando. Por caso, en nuestra región, con el fracaso de la Cumbre de las Américas de 2005 y con la administración del comercio exterior de la Argentina como su corolario; en Europa con el crecimiento de opciones nacionalistas que propugnan, con diferentes grados de éxito, la reformulación o disolución de la Unión Europea, y con el resurgimiento de Rusia como potencia militar.
Las tensiones también hicieron eclosión al interior del G20, cuando en su reunión cumbre de 2014 en Brisbane, Australia, a instancias del ex presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, se excluyó al líder ruso, Vladimir Putin, de la foto oficial.
El proceso de crisis de la globalización ingresa en su fase final con la llegada de Donald Trump a la primera magistratura de los EE.UU., que replantea los fundamentos preexistentes, así como el rol de los organismos internacionales, en especial el de la Organización Mundial de Comercio ( OMC).
Se trata, ni más ni menos, del surgimiento del Nuevo Orden Internacional (NOI) que, paso a paso, va sepultando el esquema que le antecedió, cuyas instituciones rectoras, incluyendo el G20, avanzan raudamente hacia la obsolescencia.
Como ilustramos oportunamente, apelando a una imagen retórica del papa Francisco (cuya elección también es un hito del actual proceso), el mundo uniformizado va siendo sustituido por otro en el que son las características de cada pueblo las que se destacan. La figura geométrica que representa la corriente globalizadora es una esfera, donde los puntos que la conforman, todos equidistantes del centro, son homogéneos y no se distinguen entre sí, contrastando con la óptica del NOI, donde el mundo se simboliza como un poliedro irregular, en el que cada una de sus caras -los pueblos- desde sus propias especificidades, integran un todo.
Así como la mencionada corriente "globalizadora" (la esfera) es reconocida como propia por el neoliberalismo y la socialdemocracia, lo mismo sucede en el campo de los "nacionalismos", que integran tanto los que proponen la construcción de muros como los que, fieles a la tradición de acogimiento de inmigrantes a la Argentina -que nos sentimos hermanados con los demás pueblos del mundo (aquel poliedro)-, aspiran a tender puentes.
La economía desde los conceptos de "la defensa y seguridad nacional"
La batalla de la hora, a nivel internacional, es por la protección del trabajo y del empleo en cada una de las naciones, a partir de la defensa de la producción y los mercados domésticos. Es una era en la que, como en la canción infantil, cada cual atiende su juego.
La guerra comercial Sino-Norteamericana es una muestra cabal. Allí, los postulados de la economía y los de la defensa y seguridad nacional, se imbrican para dar fundamento a las decisiones políticas que tipifican el actual proceso de consolidación del NOI.
Es así que el presidente de EE.UU., país que lidera el nuevo orden, invocó una ley que le da el poder de restringir el comercio, en nombre de la amenaza a la defensa y seguridad nacional que resultaría de socavar la viabilidad de producir localmente insumos estratégicos, así como, al renegociar los acuerdos comerciales del NAFTA o excluir a su país del tratado del pacífico, se basó en la primacía de los "intereses de la Nación".

EE.UU. recuperando su "zona de confort"
La revolución energética estadounidense, basada en la explotación comercial de shale gas/oil, permite obtener ganancias de competitividad que aceleran su tasa de inversión, y extiende así, nuevamente, la distancia de EE.UU. respecto de las economías de la República Popular China (RPC) y de la Unión Europea (UE) que, por el contrario, son tomadoras de los precios energéticos (sensiblemente superiores a los del mercado norteamericano), y al mismo tiempo, las más perjudicadas por las crecientes barreras comerciales.
En este marco, algunos de los ganadores del anterior orden, pasan a ser los perdedores del NOI y viceversa, como es el caso de la Federación Rusa que por ser, justamente, el principal proveedor de energía para Europa y China, pasa a integrar el grupo de los triunfadores.
Así, la III Guerra Mundial en cuotas, como la designa el papa Francisco, persistirá hasta que la economía de EE.UU., que a la salida de la II Guerra tenía el liderazgo absoluto en el bloque occidental (distancia que con el transcurrir de las décadas se fue acortando, tanto respecto de la UE como de la RPC), vuelva a imponer una amplia "zona de confort".

Réquiem al G20
Ningún programa será susceptible de ser exitoso para nuestro país, si no se basa en la comprensión de las profundas transformaciones que se operan en las relaciones internacionales, especialmente en el plano económico, desde hace ya una década.
Mucho ha incidido en el fracaso del gobierno de la alianza Cambiemos su incorrecto diagnóstico, que lo llevó a permanecer aferrado, en el plano internacional, a las ya fenecidas premisas de la globalización, mientras que en todo el mundo se privilegia adoptar medidas de protección de las economías locales.
Tampoco es acertada la visión que caracteriza a los actuales procesos políticos de los países latinoamericanos como insertos en una gigantesca "ola neoliberal", que tipifica la situación de todo el subcontinente.
Ello no sólo implica una errónea evaluación del papel que está jugando la principal economía mundial en la constitución del NOI, sino que tampoco justiprecia los sucesos de la región. Bolivia y Venezuela, mantienen los rumbos adoptados, al tiempo que sería impensable que un neoliberalismo rampante acepte un proceso de paz, en vez del aniquilamiento de su oponente, como sucede en Colombia.
Aquel diagnóstico tampoco se ajusta a lo sucedido en nuestro país o Brasil. Las presidencias de Mauricio Macri y de Michel Temer espiralizaron los desequilibrios fiscales, en franca contradicción con la premisa nodal de las administraciones en tiempos de globalización.

Es necesario profundizar nuestra comprensión del NOI, que acarrea:

    severas amenazas, por su lógica esencialmente confrontativa, y
    inéditas oportunidades, por la admisión como regla de la defensa de los intereses nacionales.

El G20, como entidad del orden decadente, no tiene más destino que el de la intrascendencia. Así lo ratificó la reciente Cumbre de Buenos Aires.

En el actual contexto, más temprano que tarde, los países que hoy lideran el conjunto victorioso repetirán, de alguna manera, un tratado que, a imagen del de Yalta, establezca áreas de influencia y construya las instituciones multilaterales que expresen el nuevo acuerdo que, sólo si incorpora la palabra rectora del papa Francisco en nombre de los pueblos que no tienen voz, resultará más justo que el anterior.

1 G-20: foro integrado por 19 países como miembros permanentes (Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, EE.UU., Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía), y una representación adicional por la Unión Europea. España concurre en calidad de invitado permanente. Participan, además, organizaciones internacionales que integran el foro a través de sus presidencias (ONU, FMI, Banco Mundial, Consejo de Estabilidad Financiera -FSB-, OIT, OMC, OMS; la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático -ASEAN-, la Unión Africana, la Comunidad del Caribe -CARICOM-, el BID, entre otras)
2 Ordenamiento internacional orientado por las premisas del “Consenso de Washington” y regulado por las instituciones alumbradas por los acuerdos de Bretton-Woods..
3 Concepto popularizado a partir de la tesis del ex funcionario del Departamento de Estado de los EE.UU., Francis Fukuyama, quien a posteriori de la caída del bloque socialista, postuló que el triunfo de la democracia liberal era definitivo e inevitablemente global, ya que la mayor parte de la humanidad había alcanzado la fase final de la evolución de la historia universal. Su teoría se expone en el libro “El fi n de la historia y el último hombre”, de 1992.

*MM y Asociados

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03/12/2018 (3546)        compartir en facebook compartir en twitter compartir en G+ compartir en Whatsapp



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