El peronismo ganó las cuatro provincias en juego
El peronismo ganó las cuatro provincias en juego, en otro domingo duro para el Gobierno
Ganó las gobernaciones de Santa Fe, Formosa, Tierra del Fuego y San Luis.
Fue un domingo más para el olvido en la Casa Rosada, como le viene pasando en las últimas jornadas electorales. El peronismo tuvo un triunfo histórico al recuperar con el senador Omar Perotti el gobierno se Santa Fe y encadenó así una jornada de efectividad total: ganó cuatro de cuatro gobernaciones en juego. Alberto Rodríguez Saá le sacó a Cambiemos la única esperanza que tenía en juego en esta jornada al derrotar al macrista Claudio Poggi por una diferencia mucho más grande a la esperada en la Casa Rosada, que 48 horas antes del comicio lo tenían en sus encuestas peleando la gobernación por menos de un punto. En Formosa, como esta previsto Gildo Insfrán consiguió su séptimo mandato consecutivo, sólo que la diferencia superó por mucho lo esperado: Rondaba el 70 por ciento de los votos frente a su ex vicegobernador Adrián Bogado, que compitió encabezando una alianza de macristas y radicales. Perotti supera a Bonfatti por 4 puntos y termina con 12 años de socialismo en Santa Fe
En tanto que en Tierra del Fuego, Cambiemos directamente quedó fuera de
la discusión por la elección de polarizó entre dos kirchneristas: la
gobernadora Rosana Bertone y el intendente de Río Grande, Gustavo
Mellella. Al cierre de este artículo se desconocía el ganador por la
demora en un escrutinio escandaloso.
Como era previsible, el PJ
emitió un comunicado festejando que el peronismo había ganado las cuatro
gobernaciones en juego y asumiendo que esos votos engrosarán en octubre
la performance de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner, algo
que habrá que ver.
La caída en Santa Fe del socialismo también tiene
otro impacto nacional: debilita la candidatura presidencial de Roberto
Lavagna que hizo de su alianza con el gobernador Miguel Lifschitz uno de
los ejes de su propuesta.
Pero más forzada pareció la
interpretación de la Casa Rosada que supuestamente tomó con alegría el
triunfo con Perotti porque tiene una estrecha relación con Miguel
Pichetto por compartir el bloque de senadores y hasta arriesgaban que
podría inscribir un partido propio para ir con lista corta en octubre,
algo que fue negado en el entorno del ahora gobernador electo.
Sin
embargo, acaso el dato más preocupante para Macri sea la pérdida de
votos que viene registrando en los grandes centros urbanos, que lo
ayudaron a ganar en el 2015. Le pasó en la capital de Córdoba, en
Paraná, en Santa Rosa y ahora en las ciudades de Santa Fe y Rosario,
donde su fuerza quedó muy relegada.
La caída en Santa Fe del
socialismo también tiene otro impacto nacional: debilita la candidatura
presidencial de Roberto Lavagna que hizo de su alianza con el gobernador
Miguel Lifschitz uno de los ejes de su propuesta. El ex ministro se
queda así sin el único distrito importante que gobernaba la flamante
fuerza que intenta construir.
Como sea, en el Gobierno mantienen la
interpretación electoral que hace Marcos Peña, para quien es un error
extrapolar a la pelea presidencial el resultado de las elecciones
provinciales y viene sosteniendo la interpretación de que "ganan los
oficialismo", una mirada que es funcional a la continuidad de Macri en
la Casa Rosada, aunque al menos este domingo entró en crisis en Santa
Fe.