Épica cooperativa y mutual, dignidad y martirologio
Épica cooperativa y mutual, dignidad y martirologio *Por: Dr. Rodríguez Villafañe
La búsqueda de igualdad, equidad y solidaridad, en aras del bien común, desde una ayuda mutua responsable y lógicas democráticas, ha sido la lucha de cooperativas y mutuales. Los valores antes referidos son esenciales para ser re-pensados en un país que, en gran medida, dio dignidad y se abrazó a sí mismo, desde la economía solidaria. Más la búsqueda y concreción de los objetivos tuvo históricamente, en muchos casos, carácter épico.
Cooperativa Eléctrica de Punta Alta
Baste recordar, que en la
localidad de Punta Alta, la prestación de la electri-cidad era
monopólica y estaba a cargo de “la Ítalo”, que tenía un servicio malo y
costoso. Un grupo de vecinos, en 1926, asumieron el desafío de darse el
servicio básico de electricidad aportando cada uno, lo que llevó al
nacimiento de la pri-mera cooperativa eléctrica del país. La empresa
Ítalo, como represalia, le cortó el servicio a Nicoliche, uno de los
impulsores de la idea. Luego de la queja del pueblo, tuvo que reponerle
la prestación eléctrica.
La Cooperativa Eléctrica Punta Alta,
(CEPA), en 1927, comenzó a brindar el servicio y cobraba la mitad de la
tarifa que aplicaba la empresa extranjera, además, suprimió los pagos
que se exigían extras por consumo mínimo y por al-quiler de medidor. La
Ítalo, enterada que los industriales panaderos apoyaban con fuerza la
idea cooperativa, armó una panadería, en la que regalaban el pan, para
perjudicar económicamente a los panaderos. Lo épico de la mentalidad
comunitaria fue, que las personas siguieron comprando el pan en las
panaderías existentes y no retiraban el pan gratis que les ofrecía la
Ítalo.
Cooperativa de Luz y Fuerza Eléctrica de Rojas
Otro caso a
rescatar, entre tantos, fue el de la Cooperativa de Luz y Fuerza
Eléctrica de Rojas, (CLYFER) creada en 1933, con la finalidad de
abaratar y mejorar el precio que estaban pagando los consumidores por la
electricidad cara y deficiente, provista por la usina privada de la
firma “Bertuletti y Cia”.
Desde un principio tuvieron que enfrentarse
a los gobiernos de turno en lo provincial y en lo municipal que
pusieron diversas trabas al proyecto cooperativo. En octubre de 1939,
atento a los inconvenientes planteados a la concreción de la idea
cooperativa, el pueblo declaró una huelga de consumidores de luz, que
duró seis meses. Los comercios cerraban cuando bajaba el sol y las
familias usaban velas y kerosene y solicitaron a la empresa eléctrica
que les retiraran los medido-res. También hubo luego, un paro general de
actividades en la ciudad, por 14 días. En septiembre de 1940, luego de
la intensa lucha librada por la comunidad, se dictó el decreto que
otorgaba a la cooperativa el permiso para prestar el servicio eléctrico.
Mutual Carlos Mugica – Radio La Ranchada
En
el año 1987, nació la Mutual Carlos Mugica con el objetivo de
desarrollar estrategias de intervención en forma directa en torno a la
formación y el fortalecimiento de organizaciones de base de villas y
barrios carenciados de la ciudad de Córdoba, favoreciendo el desarrollo
comunitario. En 1989, se fundó la “Radio Comunitaria La Ranchada”,
actual FM 103.9, con el fin de dar voz a los que no la tienen. La ley de
radiodifusión del proceso militar lo impedía, ya que determinaba en el
art. 45, que las entidades sin fines de lucro no podían ser titulares de
licencias. Entonces comenzó una pelea jurídica, que tuve el privilegio
de acompañar como abogado, para que no se le exigiera perder identidad y
poder compartir el pan de la palabra y la información. Así, se logró
que la Corte Suprema de Justicia de la Nación declarara la
inconstitucionalidad de la ley. Aún así, sigue la lucha, porque a la
fecha, luego de 32 años en el aire, ahora en el barrio cordobés de
Güemes, aún no se le ha otorgado la licencia y sigue con un permiso
precario. Inaceptable.
El mártir cooperador Beato Wenceslao Pedernera
En
la búsqueda de los nobles objetivos cooperativos también hubo mártires.
Tal es el caso de Wenceslao Pedernera, que en La Rioja, se dedicó
incansablemente en elevar las condiciones de dignidad de los
trabajadores rurales, fomentando la organización de cooperativas. Bajo
la orientación del Monseñor Enrique Angelelli, trabajó para conformar
diversos tipos de cooperativas, en la clara conciencia que no se puede
luchar solo contra la adversidad. Todos esos fines afectaban seriamente,
entre otras cosas, los intereses de quienes monopolizaban la
comercialización de los productos regionales estableciendo
arbitrariamente los precios de tejidos, aceitunas, uvas y vinos. A su
vez, ello y su tarea de concientización en derechos, complicaba a los
sectores productores encontrar trabajadores como mano de obra barata.
También en una ética basada en la honestidad, la responsabilidad social y
el altruismo, constituyó la coordinadora de cooperativas, para
potenciar la lucha colectiva. La caridad y justicia del accionar de
Wenceslao motivó que fuera perseguido y por ello, fue acribillado a
balazos, el 25 de julio de 1976, en la localidad de Sañogasta. El Papa
Francisco lo nombró “beato” por la vocación inclaudicable de llevar
adelante valores superadores hasta el martirio. Esto último, junto al
obispo Angelelli y los sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos de Dios
Murias, que también fueron beatificados, en este año 2019, por sus
posturas y trabajo por el bien común.
La lucha continua
Pero
la lucha no ha terminado, ya que particularmente en el último tiempo,
existe un enfrentamiento ideológico con el sector, porque no condice con
el modelo neoliberal que se quiere imponer, en todos los ámbitos del
país. La firmeza de nuestras convicciones no permitirá que puedan torcer
los valores nutren a la economía solidaria.
*Miguel Julio Rodríguez Villafañe
Abogado constitucionalista de cooperativas y mutuales
y periodista de opinión