Periodista, vocación de importancia social y su día
El periodismo libre colabora en el progreso de las ideas, aporta información, permite un análisis crítico de la realidad y ayuda al fortalecimiento democrático de las sociedades. Si bien las personas tienen la titularidad de ejercicio del derecho a la libertad de expresión, en todos sus alcances. Lo cierto es que los periodistas son los que, canalizan, en gran medida, dicho derecho humano fundamental y potencian su uso. Cumplen una función de interés social general. Por el Dr. Rodriguez Fillafañe
El periodismo en su tarea representa de manera implícita a las personas y las sociedades, media entre ellos y la información, lo que permite volver acto, con eficacia y técnica, las acciones de investigar, recibir y hacer conocer información.
Aspectos estos, que hacen a la esencia del disfrute adecuado del derecho
humano a la libertad de expresión e información, como derecho
individual y social, que otorga a la tarea periodística libertades,
posibilidades y responsabilidades.
En el Informe MacBride
solicitado por la UNESCO, titulado “Un solo mundo, voces múltiples -
Comunicación e Información en nuestro tiempo” señaló la importancia del
periodista, “no solamente porque desempeñan una importante función
social sino también porque debido a las posibilidades que tienen de
influir en las ideas y en las opiniones, o incluso de moldearlas, y a
los problemas que se les plantean a causa de la índole misma de su
trabajo, el periodismo es una misión a la vez que una profesión”.
Siempre en la historia el informar sobre la verdad no fue tarea
fácil y necesitó de una dosis de heroísmo. Valentía esta que ha llenado
las páginas más nobles de la profesión y la lucha por la libertad de
expresión en el mundo.
Los periodistas han sido víctimas de
persecuciones políticas y cárcel. También fueron asesinados, sufrieron
lesiones, secuestros, intimidaciones, amenazas, presiones, calumnias,
injurias y diversos tipos de ataques. Además, se los ha espiado,
perseguido y tuvieron que optar por el exilio, entre otras múltiples
formas que condicionaron su trabajo y la vocación por la verdad y la
libertad. Todo lo que obliga además, a una actitud social y
gubernamental tuitiva hacia quienes asumen la importante tarea de gran
interés social.
Cabe recordar, que en Argentina, a
principios del siglo pasado la tarea periodística era considerada como
una actividad civil y por tanto las relaciones entre los periodistas y
las empresas periodísticas se regían por la regulación propia de los
contratos de locación de servicios, tal como los establecía entonces el
Código Civil.
El primer Sindicato de Periodistas y Afines se
conformó en la ciudad de Buenos Aires en abril de 1919. Cuenta el
periodista y dirigente sindical de prensa Octavio Palazzolo, que “por un
lado estaban los que hinchados de una enorme vanidad seguían
alimentando la leyenda del periodista… quijotesco, heroico, que sólo
vivía para difundir ideas; por otra parte estábamos los que habíamos
superado ese magnífico pretexto, destinado a pagar sueldos de hambre, a
enriquecer a las empresas o a solventar los lujos de algún
director-propietario”.
El momento era difícil y se daban
actitudes peyorativas de algunas patronales empresariales para con la
tarea periodísticas y sus reivindicaciones laborales. Al respecto,
Octavio Palazzolo relata, que en el “año 1919, cuando al hacer nuestra
primera presentación como periodistas agremiados ante el
director-propietario de una poderosa empresa nos respondió que a los
periodistas los reemplazaba con ordenanzas de la casa”. Repárese que, de
acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, uno de los
significados de la palabra “ordenanza” es el “empleado que en ciertas
oficinas desempeña funciones subalternas”.
Atento la
importancia de las situaciones e injusticias que se vivían, el Círculo
de la Prensa de Córdoba, cofundador del Círculo Sindical de la Prensa y
la Comunicación de Córdoba (CISPREN), organizó y llevó a cabo el primer
Congreso Nacional de Periodistas, el 25 de mayo de 1938, en la Ciudad de
Córdoba. En el encuentro se trabajó intensamente y de él salió lo que
fue el primer borrador del que luego será el Estatuto del Periodista.
En las deliberaciones el periodista Ernesto Barabraham, que
firmaba con el seudónimo de Ernesto Maury sus trabajos en el diario “la
Voz del Interior”, sostuvo: “dada la complejidad de la división de
trabajo en la prensa moderna, las relaciones entre periodistas y
propietarios habían dejado de ser puramente privadas para convertirse en
una cuestión pública. En las disputas cada vez más notorias entre
periodistas individuales y propietarios de grandes diarios, sólo el
Estado tiene la capacidad de ejercer una mediación y defender a los
primeros, que son, al fin de cuentas, los que producen el contenido
público de los diarios”.
También en el Congreso, se decidió
celebrar el “Día del Periodista”, el 7 de junio. Fecha ésta, que
conmemora el nacimiento, en 1810, del primer periódico patrio,
denominado “La Gazeta de Buenos Ayres”.
Eran necesarias
regulaciones que ayudaran a dignificar laboral y económicamente a las
mujeres y hombres que llevaban adelante el oficio-profesión
periodistica, en la relación trabajo y capital.
Desde un
esfuerzo gremial sin claudicaciones, por el Decreto 7618 del año 1944,
se dicta el Estatuto del Periodista Profesional. Luego, en 1946, el
Congreso de la Nación ratifica por la Ley 12.908, al referido Decreto.
Hoy resulta evidente que se viven realidades, que superan a los
avances logrados con las normativas alcanzadas, con nuevas situaciones y
desafíos. Habrá que asumir los desafíos, en aras de la dignidad
periodística, al servicio del bien común.
Miguel Julio Rodríguez Villafañe
Abogado constitucionalista,
especialista en Derecho de la Información
Periodista de opinión