La UIF en tiempos de Macri
Agustín Biancardi y Martín Ulori, los "expertos en arrepentidos". De perseguir a Cristina Kirchner a defender narcos, el derrotero de los abogados la UIF en tiempos de Macri. Desde Unidad de Información Financiera (UIF), Biancardi se ocupaba de dar las directivas para las querellas penales contra ex funcionarios kirchneristas. Junto a su colega, hoy defienden al hijo del capo narco de San Martín Javier “El Rengo” Pacheco. Por Irina Hauser
Agustín Biancardi y Martín Olari Ugrotte son hoy abogados de Nicolás Javier Albornoz, hijo del capo narco de San Martín Javier “El Rengo” Pacheco.
El día que la policía bonaerense fue a detener al poderoso capo narco
de San Martín Javier “El Rengo” Pacheco a la mansión donde vivía en
Parque Leloir, los agentes se encontraron con lujos cinematográficos,
como un auto BMW dorado, una camioneta Toyota Hilux roja despampanante,
otros vehículos de alta gama, jacuzzi, sauna, una enorme pileta y hasta
una sala para jugar al póker. Pero además de ese ostensible patrimonio,
los/las investigadores/as encontraron pruebas muy valiosas bajo tierra:
cuando picaron los cerámicos del suelo de uno de los baños hallaron una
caja de herramientas llena documentos de propiedades en Uruguay,
pagarés, mutuos y otras constancias societarias que darían cuenta de una
actividad económica de Pacheco fuera del país. En el jardín, debajo de
una casita de juegos, al excavar apareció una bóveda, también llena de
títulos y otros papeles. Buena parte de esas evidencias explican por qué
Pacheco no sólo está acusado de liderar una sociedad criminal para la
venta de estupefacientes, sino de un delito que suele ir de la mano del
narcotráfico, que es el lavado de dinero. También está detenido uno de
sus hijos, Nicolás Javier Albornoz, y con él llegó una gran sorpresa a
la investigación. No tanto por él mismo sino por los abogados que fueron
a tribunales en su nombre y que se presentan como expertos en
“arrepentidos”: uno es el ex director de litigio de la Unidad de
Información Financiera (UIF) durante el gobierno de Mauricio Macri,
Agustín Biancardi, y el otro fue uno de sus leales colaboradores en
aquel organismo, Martín Olari Ugrotte.
Nicolás Javier Albornoz
En
los tiempos del macrismo se ocupaban del armado de las querellas contra
Cristina Fernández de Kirchner y otros exfuncionarios, y ahora desde un
estudio que comparten defienden a narco-lavadores.
Pacheco tiene
tres hijos varones de dos parejas distintas. Ninguno lleva su apellido,
sino los de sus madres, pero sí les puso a todos Javier, como él:
Nicolás Javier Albornoz, de 27 años, también fue detenido. Es hijo de
Cristina Albornoz, ex pareja de “El Rengo”, también presa por esta causa
que tramita el juez federal de Morón Jorge Rodríguez. Los hijos más
chicos son Tomás Javier Short y Bautista Javier Short, de 13 y 19 años,
hijos de Ramona Luján Short, su segunda pareja, quien también fue
arrestada. Los abogados ex UIF, que fueron colaboradores claves de la
gestión de Mariano Federici suelen hacer gala, al ofrecer sus servicios,
de manejar con habilidad el arrepentimiento de imputados para colaborar
con las causas y obtener rápido su libertad.
La UIF macrista, de
hecho, intervino en casos donde la figura del “arrepentido” se usó para
hacer salir de la cárcel a grandes empresarios, como la de las
fotocopias de los cuadernos, a cambio de que comprometieran a
exfuncionarios (y en especial a CFK), y lo mismo se intentó en la
llamada “Ruta del dinero K”.
Ésta vez, Biancardi y Olari, ya lejos
de la función pública, se presentaron como abogados de Nicolás Javier y
de su madre y, enseguida, ofrecieron su arrepentimiento para dar pistas
sobre la banda narco de Pacheco.
La respuesta que recibieron en la
fiscalía, según pudo reconstruir Páginai12, fue categórica: nadie
obtendrá una excarcelación express a cambio de un arrepentimiento y,
además, para aceptar su declaración en ese carácter, deberían dar datos
muy novedosos para el expediente.
La causa
Desde el comienzo de la
investigación en octubre de 2020, disparada por una denuncia anónima,
se fueron multiplicando las propiedades y sociedades en la mira. Hoy son
cerca del 30, pero sería sólo una porción de la fortuna de Pacheco.
Entre los inmuebles hay tres galpones donde en julio del año pasado la
policía detuvo a un grupo de personas que descargaba allí 8 toneladas de
marihuana y a quienes aguardaban la entrega. En los papeles el galpón
está registrado a nombre de Nicolás, quien salió asombrosamente airoso
después de ofrecer una declaración “espontánea”, guiado por el abogado
Gustavo Romano Duffau, en la que dijo: “Esto no es mío, es de mi papá”.
Pero tampoco a “El Rengo” le pasó nada.
Los imputados de entonces
eran casi los mismos que ahora, pero aquel expediente quedó en la nada.
El juez Rodríguez detuvo hasta ahora a 12 personas, aunque esta causa se
fusionó con otra anterior, que tenía la jueza Alicia Vence, que no
tenía avances. A Nicolás Javier, a su madre, y a la segunda pareja de
Pacheco se suman otras personas más directamente ligadas al acopio y la
venta de droga: están los encargados del lugar para guardar la droga,
los más jóvenes que se ocupaban de la venta (pero no son menores) y dos
personas que se ocupaban de la seguridad del lugar donde se
comercializaba. La reconstrucción se hizo, en parte, con las imágenes
del domo de Seguridad Comunal de San Martín, donde se advertía un grupo
de unas 10 personas: había venta de estupefacientes en la entrada de la
Villa 9 de julio, en una de las esquinas, y con los seguimientos se
llegó al lugar del resguardo de la droga y donde se fraccionaba, y la
policía advirtió que había jóvenes que la llevaban directamente hasta la
casa del Rengo y de Nicolás Javier. La caída del Pacheco, en mayo
último, fue exhibida por el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio
Berni. En su majestuosa casa de la casa Gauchos de Güemes al 1900 había
dos kilos de marihuana, cerca de uno de cocaína, 29 celulares,
municiones, pagarés por al menos 100 mil dólares y documentos de
créditos por 600 millones de pesos.
¿Blanqueo para un narco?
A
Nicolás lo detuvieron en Ituzaingó el 4 de junio en medio de 26
allanamientos. Tenía un buzo negro de los Rolling Stones con letras
rojas. Sus dos abogados de la exUIF macrista, insistieron para que lo
vuelva a escuchar. Lo mismo pidieron para su madre. En la fiscalía a
cargo de Mariela Labozzetta tienen fama de ser estrictos/as con aceptar
imputados colaboradores. Cristina ya contaba que era un verdadero
violento con ella. Al parecer, “El Rengo” ponía cosas a su nombre. Algo
similar habría ocurrido con su segunda pareja, Ramona Luján, que tenía
un carácter menos sumiso según se advertiría en las escuchas telefónicas
los/las investigadores/as, donde ella le decía, a cuento de que la
había dejado sin un lugar donde vivir, “te voy a mandar en cana”. El le
respondía “Yo soy como Pablo Escobar”. El mapa de las sociedades está
siendo estudiado por él área de Patrimoniales de la Policía Federal, que
tiene pistas de intentos de Pacheco por entrar al blanqueo.
En la
pesquisa habían aparecido documentos y otras pistas que daban cuenta de
al menos un intento de Pacheco por presentarse al blanqueo. Es curioso,
porque no declara actividad formal, no tiene nada a su nombre y tampoco
figura como monotributista. Cuando lo indagaron dijo muy suelto de
cuerpo que se dedica a la construcción, pero no ofreció ni un papel que
lo acreditara. El blanqueo lo es de fondos de evasión que requieren la
existencia de una actividad lícita por la que no se pagaron impuestos.
De las escuchas telefónicas surgía que decía que se había “presentado a
blanquear 11 palos”. Apareció también una declaración jurada de bienes
firmada por un contador que consigna 56.800.000 pesos. Esa declaración
figura a nombre de Carlos Pacheco, el padre de “El Rengo”, pero tiene el
número de DNI, de él, Javier. Todos los documentos están en pleno
análisis, al igual que la conformación de empresas y sociedades que
habría utilizado para lavar dinero del narcotráfico.
La cuestión del
blanqueo y de sus movimientos en el exterior no son menores y podrían
explicar la elección de sus abogados: si efectivamente Pacheco intentó
un blanqueo, la AFIP debió haber escaneado su situación y enviar sus
datos a la Unidad de Información Financiera, cuna de los letrados del
capo narco en cuestión, lo que abre un obvio interrogante acerca de qué
habría pasado con eso. A Pacheco y a Cristina Albornoz ya les levantaron
el secreto bancario y fiscal, de modo que las pistas deberían ir
apareciendo.
La UIF de Macri
El abogado Biancardi, como jefe de
litigios de la UIF se ocupaba de dar las directivas para las querellas
penales. El papel central que tuvo ese organismo en los tiempos del
macrismo estuvo lejos de ser la prevención del lavado de activos: fue
una máquina de querellar a los exfuncionarios kirchneristas, y en
especial a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La UIF fue el
organismo que pidió hasta el cansancio que ella fuera incluida en la
causa de lavado contra Lázaro Báez, conocida como Ruta del dinero K,
algo que no logró. En cambio, en otras empujaron hasta el cansancio y
avanzaron, como en la causa cuadernos y en la de Los Sauces. Son en
total 16 las querellas iniciadas por la gestión de Federici contra la
vicepresidenta y otros exfuncionarios de su gestión. Ex funcionarios de
la UIF que tuvieron que dejarle la oficina a Biancardi cuando cambió el
gobierno cuentan que le escucharon anunciar al llegar: “nosotros vamos a
poner presa a Cristina”. El abogador Olari, paradójicamente, venía de
Libres del Sur y había estado en la UIF en el gobierno de CFK. Biancardi
y Olari hoy comparten estudio con otro ex miembro de la UIF, Facundo
Orazi. Solían funcionar como cuarteto con otro letrado, Gonzalo Romero.
La ley de Etica Pública y la del propio organismo no les impediría, por
los cargos que ocupaban, participar de causas de narco-lavado como esta.
En
Comodoro Py existe una causa en trámite, a partir de una denuncia del
diputado Rodolfo Tailhade en la que exmiembros del Consejo asesor de la
UIF declararon ante la fiscala Alejandra Mángano y el juez Luis
Rodríguez que la gestión de Cambiemos en el organismo eludió sancionar
al banco HSBC en un caso vinculado con el narco colombiano Henry de
Jesús López Lodoño, conocido como “Mi Sangre”. Los testigos en cuestión
dijeron que en 2018 recomendó sancionar al banco por incumplir
procedimientos para la prevención del lavado, pero no lo hizo. Tailhade
había denunciado la vinculación de Federici y su número dos, María
Eugenia Talerico con la entidad.
Misterios
Para sumar más aristas y
misterios, a medida que la investigación judicial avanza en la
reconstrucción del patrimonio de “El Rengo” no sólo aparecen más
propiedades y testaferros sino distintas identidades que habría usado el
propio Pacheco. Hay inmuebles en Entre Ríos, en Miserere, en Zapiola,
algunos a nombre de Cristina Albornoz, otros de los Short y otros
familiares; hay una parrilla, El Torito, cuyo fondo de comercio había
comprado Nicolás Albronoz, con boleto firmado por Pacheco. Habría
propiedades en Uruguay y según algunas escuchas también en Brasil. En el
Barrio privado La Herradura en Pinamar, hay una casa a nombre de la
empresa Graham Pinamar SA, a su vez a nombre de Short y de una mujer,
Janina Spillier, ex pareja de Johnatan Aréalo, mano derecha de Pacheco
en la villa 9 de Julio, que está prófugo. A La Herradura, Pacheco tenía
acceso autorizado como dueño de Graham con su foto pero otro nombre:
Diego Maestre, que en otros casos figura Mestre. La póliza de la
camioneta Hilux roja también lleva a ese nombre. Existen homónimos pero
hasta ahora no se encontró ninguno vinculado con él. En algunas escuchas
se advierte que lo tratan con otros nombres: Mario, Tula, Ramiro, y
Diego Maestre.
Pacheco se forjó en la Villa 9 de Julio donde
desarrolló su poderío en los últimos 20 años, cerca de Gerardo Goncebat.
Tuvieron como enemigos territoriales a los hermanos Gómez, comandados
por Carlos “el Negro” Gómez, con los que tuvieron sangrientos
enfrentamientos por los puestos de venta ya por el año 2009. Después de
la muerte de Goncebat, que había quedado parapléjico en esos tiroteos, y
cuando fue preso Miguel Angel “Mameluco” Villalba, su otro fuerte
rival, “el Rengo” tuvo el camino despejado. Hace años que se lo acusa de
robos, homicidios, lesiones, tráfico, pero había logrado zafar. Esta
semana un hecho sumó un dato tenebroso a la historia, aunque no se sabe
aún si existe una conexión real: apareció muerto a tiros después de dos
días de búsqueda el inspector de la Policía Federal Ricardo Ariel
González dentro de su auto. En el asiento del acompañante había una nota
mafiosa que decía: “Rengo Pacheco 10 millones por mí, acá tenés tus 10
millones, atentamente, San Martín”. Hasta ahora este policía no aparece
vinculado al caso.
Otra vertiente que asoma, es la que sugiere alguna
vinculación de Pacheco con la distribución de droga en el Mercado
Central y los funcionarios macristas que lo manejaban. El sitio Data
Clave trazó una vinculación incluso con el fugado operador Fabián
“Pepín” Rodríguez Simón. Ni esto ni la aparición de los hombres de la
UIF son datos para minimizar.